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Las reinas de ¡Hola! 'photoshopean' su aniversario

Portada de la revista ¡Hola!.

Las grandes figuras de la prensa del corazón están de capa caída. Por mucho que nos queramos empeñar, por mucho que ciertos responsables de contenidos continúen apostando por la elegancia, el buen hacer, el glamour y la sensatez de estas figuras casi inmortales, ya nada es lo que era. Las épocas han cambiado. Desde la aparición de los teléfonos móviles con cámara, los 'arghs' y los paparazzi, no queremos ver entrevistas perfectamente editadas, fotos absolutamente retocadas y titulares vacíos que lo único que hacen es convencernos de que existe un mundo ideal en algún otro lugar y que nosotros nunca conseguiremos alcanzarlo. Y eso, pese a quien pese, ha supuesto el fin de su reinado. Las que en otra época levantaban pasiones por sus exquisitos refinamientos han sido desbancadas por chabelitas, belenes y rosabenitos. Aunque, en el fondo, no crean que hay tanta diferencia.

Isabel, Carmen y Naty lucen tersas en  las fotografías, sin sombra de arrugas.

¡Hola!, la revista española más mítica, la crónica social de alta alcurnia, donde se anuncian marquesas y duquesas, está de aniversario. Y para ello ha contado con sus tres pilares fundamentales, cada una en su ámbito. Isabel Preysler, Carmen Martínez Bordiu y Naty Abascal, cual tres gracias, dan la bendición a este cumpleaños, desde portada a dúo y páginas interiores. Y sí, van a tener que creernos, porque viendo las fotografías nadie diría que se trata de tres señoras en edad de jubilación. Isabel, Carmen y Naty lucen tersas desde las cuidadas fotografías de la publicación, sin sombra de arrugas, manchas, imperfecciones, ni ningún signo que evidencie el paso del tiempo. Y ahí está la cuestión. Ya no nos interesan sus declaraciones -siempre las mismas-, ni sus exclusivas -predecibles y repetitivas-, ni nada que tenga que ver con sus vidas. Isabel, Carmen y Naty ya lo han contado todo y lo han disfrutado. Ahora lo que importa es el photoshop.

Solo queda la anécdota

Del fastuoso aniversario de ¡Hola! -acompañado de un suplemento recopilatorio de lo más interesante- solo queda la anécdota. De la maravillosa portada tan solo se comenta el retoque. Poco nos importa si Carmen ha roto con su novio a través de exclusiva -que él le ha agradecido por elegante y acertada-, o si Isabel casi no ha podido disfrutar de las vacaciones por cuestiones laborales -ella sabrá cuáles son- y por el cuidado de su marido. Los demás, los que desembolsamos el dinero semana tras semana, tan solo podemos preguntarnos si las protagonistas de la portada ya han cumplido los 25 o si todavía están preparándose para el paso del ecuador -por muy antiguo que pueda sonar esto-. Isabel y Carmen posan como quinceañeras para que ¡Hola! celebre una juventud inexistente. Carmen e Isabel nos dan un mensaje valiosísimo: “Si no se es joven, no se es nada”. ¿A esto hemos tenido que llegar?

¿De verdad alguien es capaz de aguantar la sonrisa -por no decir la carcajada- al hojear las páginas de la revista?

Admitámoslo. Nadie quiere ver gente corriente en las revistas. Para eso ya tenemos el transporte público, el supermercado o la cola de las administraciones públicas. Cuando compramos una revista -sobre todo una que nos vende un lujo que queremos y podemos consumir- buscamos un sueño, un momento de tranquilidad para evadirnos de la realidad, una fantasía que nos empuja a creer que hay vida más allá del sonido del despertador. Pero claro, ¿qué ocurre cuando todo este mundo es tan de cartón piedra que ya nadie se lo cree? ¿De verdad alguien es capaz de aguantar la sonrisa -por no decir la carcajada- cuando hojea las páginas de la revista? No, señores, esto no es un canto a la elegancia, sino más bien un relato de ciencia ficción. ¿Es este el sentimiento que pretenden transmitirnos desde la redacción de ¡Hola!? ¿Alguien se hubiese hecho eco de este aniversario de no ser por el photoshop de la portada? ¿Es esta la clase de reacción que buscaban? Permítanme confesar que, entonces, ya no entiendo nada.

Pero lo cortés no quita lo valiente. Felicitémosles por esos 70 años tan bien llevados y deseémosles una feliz juventud a Isabel, Carmen y Naty. Brindemos por la inmortalidad y por los milagros de la tecnología. Levantemos nuestras copas por otros 70 años de éxitos y auguremos una larga vida a este trío de jovencitas. ¡Que sus ojos -y los nuestros- lleguen al 140 aniversario con la misma lozanía! Por cierto, ¿se habrán percatado de que Alba Carrillo les viene pisando los talones? Todo reinado tiene una princesa, y esta es rubia y espabilada. Vayan con cuidado.

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