Quantcast

Gente

Mariló Montero: "Mi culo ha tenido mucha fama, de toda la vida"

Mariló Montero charla con Pablo Motos en `El Hormiguero´(Antena 3).

¿Se imaginan a Ana Rosa acudiendo al Corazón de Anne Igartiburu para promocionar su revista? ¿O a Susana Griso dejándose caer por ¿Quién quiere casarse con mi hijo? para darle una sorpresa a los concursantes? Los buques insignia de las cadenas privadas ya tienen bastante con lidiar con las audiencias como para, encima, molestar a sus jefes con visitas inoportunas -tan sólo tienen que ver el despido fulminante de Ramón Fuentes por una supuesta competencia desleal-. Eso no pasa en Televisión Española. Por muy extraño que nos resulte, parece que en el seno del ente público hay una manga más ancha a la hora de dejar que sus -pocas- estrellas pasean por los programas de la competencia. Y no solo eso, es que encima van y triunfan. ¿Se olerá el miedo en los pasillos de Prado del Rey? 

Mariló Montero, único icono con éxito de TVE, está aprovechando esta oportunidad para pasearse por casi todos los platós con la excusa de promocionar El corazón de las mujeres no tiene reglas, un ensayo en el que la periodista aborda todos los temas que se le ocurren desde la perspectiva Montero. ¿Y dónde mejor que en El Hormiguero para hablar de literatura? La presentadora de La mañana le ha cogido el gustito al programa de Pablo Motos y se deja caer siempre que puede. Con escotazo y al grito de “¿Se me han caído ya los pechos?”, Mariló consiguió revolucionar al público en cuestión de segundos. Del libro no habló mucho -tampoco es que nadie lo echara en falta-, pero sí se explayó en temas de candente actualidad como su cena con el 'pequeño Nicolás' y la intención del joven de marcharse sin pagar. “¿Tú crees que me voy de los sitios sin pagar? Yo soy una señora... hasta en la cama”, respondió la presentadora.

 Y es que nuestra MILF por excelencia no escatimó en hablar de sexo y, como no, del fenómeno erótico de la temporada: Cincuenta sombras de Grey. “Es una vergüenza, noña. ¿Que pongan una corbata a una mujer en los ojos o una cuerda en las muñecas, eso es como un sacrilegio? ¿Pero cómo es la sexualidad de los españoles?”, se preguntaba Mariló frente a un acalorado Pablo Motos. Incluso sacó tiempo para hablar de su culo y el interés mediático que despierta. “Mi culo ha tenido mucha fama, de toda la vida”, reconocía la periodista, que explicó que, de jovencita, le dejaban notas en el buzón alabando su trasero y que si tiene que salir sin ropa interior al plató, para que no se le marque, pues lo hace y tan contenta. Mariló, sin duda, es una fábrica de titulares de tal calibre que podríamos destacar cada una de las palabras que salieron por su cotizada boca.

 Pero si creen que todo este movimiento es casual, están muy equivocados. Si algo hemos aprendido de Mariló a lo largo de estos años, es que la presentadora no tiene un pelo de tonta y no da puntada sin hilo -¿o es que creen que ella no es consciente del revuelo que genera?-. Si durante su última negociación con RTVE ya saltaron los rumores que apuntaban hacia un posible fichaje de la presentadora por parte de una cadena privada, esta posibilidad está cada día más cerca. Mariló es una estrella y como tal, está en el punto de mira de todo directivo que se precie. Y ella lo sabe y se deja querer. Cada paso de Mariló por un plató es garantía de éxito, sea para probar una máquina que simula una montaña rusa como ocurrió anoche o para hacerse un selfie con el 'pequeño Nicolás' como hizo en Un tiempo nuevo. ¿No están deseando que la presentadora tenga su propio espacio, en prime time y con un formato a su altura? 

Si hay alguien, donde sea, leyéndonos, tenemos una petición simple y sencilla. Dejémonos de programas políticos, con la intención de quitarle audiencia a La Sexta, y apostemos por Mariló. Organicemos un 'The Mariló Show' para los sábados por la noche, con monólogo de la presentadora, invitados internacionales, corrillo con algunas de sus amigas y bailes a lo Ellen DeGeneres. Copiemos su plató, copiemos el formato, copiémoslo todo, pero hagámoslo bien. Mariló se merece eso y mucho más. ¿Para qué luchar por ser la reina de las mañanas cuando puede convertirse en la emperatriz de las noches? La era Montero no ha hecho más que empezar.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.