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Froilán y otros 'niños malos' de las monarquías

Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón en medio de una pelea (Gtresonline).

El ‘indisciplinado’ Froilán

Inmediatamente, cuando pensamos en niños rebeldes archiconocidos, nos viene a la cabeza Felipe Juan Froilán, el nieto mayor de los reyes. Froilán, desde muy pequeño, ya  apuntaba maneras cuando en la boda del príncipe Felipe, su tío, nos hizo reír a todos cuando se levantó en medio de la ceremonia y le dio una patada a una de las niñas que llevaba los anillos.

El pasado año, en presencia de su padre, Jaime de Marichalar, Froilán se disparó accidentalmente en un pie con una escopeta de calibre 36 para la que todavía no contaba con autorización, ya que no había cumplido aún los 14 años. Tuvo que ser operado del pie. Su abuela, doña Sofía, disculpa siempre sus travesuras diciendo que con los niños siempre pasan estas cosas. Pues Majestad, espero que no sea así, porque una de las responsabilidades de los  padres es evitar que ocurran este tipo de incidentes.

El que sea considerado el nieto preferido por sus abuelos los reyes puede provocar en Froilán aún más esa actitud, a veces chulesca.

Precisamente esas risas que provocaba de pequeño con sus acciones, y el que sea considerado el nieto preferido por sus abuelos los reyes, el más espontáneo, puede provocar en Froilán aún más esa actitud, a veces chulesca, que suele utilizar también en ocasiones con los medios de comunicación.

Parecer ser que en el colegio goza también de cierto protagonismo, siendo siempre el cabecilla de todas las grescas. El año escolar en uno de los colegios más exclusivos del Reino Unido y el continuo cambio de colegios no parece mejorar esa actitud. Froilán ha repetido por segunda vez el curso 2º de ESO y ha pasado a un programa de diversificación con menos contenidos.

Este verano también ha dado que hablar el comportamiento del ya adolescente Froilán que, a sus 15 años, se convertía en trending topic tras, según cuentan, pegar a su primo Pablo y amenazarle con un pincho moruno en una merienda con amigos en Palma.

Hemos podido verle también con su padre en los sanfermines. No es que yo tenga nada en contra de los sanfermines, todo lo contrario, pero no creo que lo más conveniente para un niño con el currículum de Froilán sea llevarle a presenciar los encierros y las corridas de toros. Cualquier año, no muy lejano, le da por querer correr delante de los toros o vestirse de luces, y el disgusto para su madre, la infanta Elena, puede ser tremendo.

Como al rebelde Froilán no le frenen a tiempo nos seguirá dando muchos titulares y demasiados disgustos a la Familia Real.

Enrique, un príncipe travieso y comprometido

Los príncipes Guillermo y Enrique de Inglaterra también han hecho de las suyas en el pasado. Una de las últimas travesuras que hicieron juntos fue utilizar un helicóptero del ejército, pilotado por Guillermo, para desplazarse a una isla donde celebraron con amigos una despedida de soltero.

Hemos podido ver a Enrique de Inglaterra muchas veces fotografiado en fiestas nocturnas e incluso una vez disfrazado de nazi.

El príncipe Enrique, el más díscolo de los dos hermanos, ya desde pequeño, con sus pecas y cabello pelirrojo, tenía cara de travieso. Con el paso de los años hemos podido verle muchas veces fotografiado en fiestas nocturnas o haciendo en público declaraciones racistas. Tampoco pasó por alto su disfraz de nazi, fotografía que dio la vuelta al mundo.

A pesar de sus andanzas, que no han ido más allá que las de cualquier chico de su edad, ha demostrado en varias ocasiones tener un gran corazón participando en numerosos actos benéficos, igual que lo hacía su madre la princesa Diana, o interviniendo como soldado en varios conflictos bélicos. En muy pocos días le veremos liderando una expedición benéfica a la Antártida, en condiciones muy duras y con temperaturas por debajo de los -45º.

La princesa rebelde

No podemos pasar por alto la figura de Estefanía de Mónaco, la hija menor de los Grimaldi. La que fue llamada “la princesa rebelde”, hoy, a sus 48 años, parece haber sentado la cabeza definitivamente. Como ella mismo ha dicho en alguna ocasión “era joven y quería vivir la vida al máximo sin pensar en las consecuencias”.

Estefanía de Mónaco tuvo tres hijos con dos de sus guardaespaldas, vivió con un domador de elefantes y su último matrimonio fue con un acróbata portugués.

A sus 16 años salía ya en todas las revistas del corazón acompañada por uno de sus primeros novios, Jean Paul Belmondo. Con tan solo 20 años hizo su sueño realidad, y grabó su primer disco. A partir de aquí tuvo una vida de lo más agitada, llegó a cuestionarse si tuvo algo que ver en el accidente de coche en el que murió su madre, la princesa Grace Kelly, tuvo tres hijos con dos de sus guardaespaldas, vivió con un domador de elefantes con el que recorrió Europa con su circo, y su último matrimonio fue en 2003 con el acróbata portugués Adams Peres del que se separaría un año después.

Hoy, Estefanía vive dedicada a sus obras sociales y al centro que abrió hace unos años de ayudas a los enfermos de sida. Sus hijos, seguramente influenciados por la educación de su madre y para que no cometan los mismos errores que ella, son jóvenes muy discretos que viven lejos del glamour de Mónaco.

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