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Carmen Lomana y Juan Carlos Monedero, ¿amor en tiempos de casta?

Carmen Lomana (Gtresonline).

Todo empezó como empiezan las historias en la actualidad: por un rifirrafe en Twitter. Carmen Lomana, socialité, personaje televisivo, señora pudiente, coleccionista de ropa y 'opinator' de alta alcurnia, expresaba su poca fe en las ideas de Podemos a través de su cuenta de Twitter -recuerden que ya vaticinamos la creación del Partido Lomanista-, cuando, rápidamente, una de las caras más visibles de Podemos acudía a rebatir sus argumentos. Se trataba de Juan Carlos Monedero, secretario de Proceso constituyente y mano derecha de Pablo Iglesias. La celebrity y el profesor se enzarzaron en un acalorado debate que concluyó en uno desafío en toda regla. Lomana retaba a Monedero a encontrarse cara a cara y arreglar sus diferencias. Él, claro, aceptó encantado.

La dispar pareja se encontró en una céntrica cafetería madrileña e intercambió todas las opiniones posibles, mientras unos paparazzi les esperaban a la salida para inmortalizar el momento. Las fotos levantaron toda la polvareda posible. ¿La casta y su azote se tendían la mano? Tanto uno como la otra trataron de dotar de naturalidad al encuentro, disfrazándolo de acercamiento de posiciones entre dos extremos aparentemente opuestos, pero nadie acabó de tragarse el anzuelo. ¿Había encontrado el número 2 de Podemos a su Norma Duval? ¿Estaba la Lomana dispuesta a renunciar a sus rentas para afiliarse a un partido, a priori, nada a favor de su lujoso estilo de vida? ¿Formaba todo parte de una estrategia promocional o estaba surgiendo una amistad verdadera? Total, si atendemos a las -poco fiables- fuentes oficiales, la diferencia de edad entre Carmen Lomana y Juan Carlos Monedero es de, tan sólo, cinco años... Cuestión distinta es que nos lo creamos.

Roscón en la ‘factory’ de Lomana

Pero ahí no quedó la cosa. La socialité, que siempre ha querido desmarcarse de la imagen tradicional de señora de la alta sociedad -casi se convirtió en un personaje secundario del reality de Alaska y Mario-, aprovechó su reciente amistad con el miembro de Podemos para invitarle a la fiesta que organiza cada año con motivo del día de Reyes. ¿Hay algún plan más apetecible que pasar la tarde del día 6 de enero rodeado de gente desconocida? Parece que para Monedero, no. El político acudió al lujoso piso de la Lomana arropado por los pudientes brazos de la anfitriona, que trató de protegerle e integrarle entre sus conocidos y amigos. “Mi casa es como la Factory de Warhol”, comentó Lomana en el plató de Sálvame, en un intento de dejar claro que entre sus invitados había gente de muy diversa clase y condición, aunque no todos estuvieron tan encantados con la visita.

La mayoría de los invitados a la fiesta recibieron a Monedero con escepticismo, como quien ve entrar al enemigo en su casa, pero poco a poco fueron rodeándole para preguntarle todo tipo de cosas, convirtiéndole en el alma de la fiesta -será que Monedero no está acostumbrado a lidiar en peores plazas-. La curiosidad que despertó su presencia fascinó tanto a unos, como llegó a molestar seriamente a otros -¿miedo?-, especialmente a una de las presentes, que según cuenta la anfitriona, acabó insultándole -aunque el político no se dio cuenta- y marchándose apresuradamente de la fiesta. “Esa persona no volverá a entrar en mi casa”, sentenciaba Lomana, mientras pedía perdón a Monedero por el incidente. “¿Crees que a Pablo Iglesias le ha gustado que Monedero vaya a tu casa?”, le preguntaba Jorge Javier Vázquez. “Porque tú eres casta”, le recordaba. Pero Carmen hizo caso omiso. “¿Qué es eso de casta?”.

¿Estaremos asistiendo en directo a una versión renovada y radical del romance entre Isabel Preysler y Miguel Boyer?

La amistad entre la millonaria y el revolucionario no ha hecho más que empezar. No se extrañen si les vemos juntos en las próximas semanas, si Carmen le invita a cenar a uno de sus restaurantes habituales o si Monedero le devuelve la mano llevándola a un mitin de Podemos. El interés mediático les viene estupendamente a ambos, y porque no, tal vez sea la semilla de una futura relación. ¿Estaremos asistiendo en directo a una versión renovada y radical del romance entre Isabel Preysler y Miguel Boyer? ¿Unos Romeo y Julieta separados por la clase social? Tal vez son nuestras ganas, pero en esta España tan convulsa, ya lo vemos todo posible.

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