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Un documental revela que el príncipe Carlos 'vendió' a sus hijos para mejorar su popularidad

El príncipe Carlos de Inglaterra y Camila Parker-Bowles (Gtres).

Algo huele a podrido en Inglaterra. La monarquía británica dista mucho de ser la casa real ideal. Los continuos escándalos en los que se han visto envueltos sus miembros la convierten en un objetivo continúo de la prensa, que no desaprovechan la ocasión de ocupar sus portadas con noticias sobre el príncipe Carlos o sus hijos.

Un documental emitido por la BBC 2 ha hecho temblar de nuevo los cimientos de la Casa Real británica. La cinta, titulada Reinventing the Royals (Reinventando a la realeza) no deja muy bien parado al heredero, el príncipe Carlos. En la serie se ha entrevistado por primera vez a Sandy Henney, la que fuera secretaria de prensa del príncipe Carlos cuando murió Lady Di, que descubre la campaña urdida para hundir la imagen de sus hijos y de la fallecida Diana de Gales y así mejorar su reputación personal, muy perjudicada tras su adulterio con Camila Parker-Bowles. Además, el documental está dirigido y presentado por Steve Hewlett, conocido por ser el responsable de la entrevista en la que Lady Di confesó sus infidelidades.

https://youtube.com/watch?v=-6K-sfuDrSg%3Frel%3D0

Sus hijos como objetivo

Reinventing the Royals revela que Mark Bolland, un asesor personal del príncipe Carlos contratado de manera expresa para mejorar su imagen pública e integrar a Camila Parker en palacio, filtró información personal negativa del príncipe Guillermo y el príncipe Harry a la prensa sensacionalista británica. Como publica The Daily Beast, la primera filtración tuvo lugar cuando los príncipes tenían tan solo 13 y 16 años, pocos meses después de la trágica muerte de su madre. Henney cuenta en el documental, por ejemplo, que los detalles del primer encuentro del príncipe Guillermo con Camila Parker-Bowles fueron filtrados con todo tipo de detalles al diario británico The Sun.

Retraso en su emisión

BBC tenía previsto emitir el documental a final del año pasado. El canal recibió numerosas quejas por parte de la casa real británica, que consiguió frenar la emisión gracias a la mediación de sus abogados. Un comunicado emitido por la radiotelevisión pública británica afirmó entonces que "se retrasa la emisión, mientras que se solucionan una serie de cuestiones, entre ellas el uso de tomas de archivo". 

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