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Alfonso Díez, en el funeral por Fabiola de Bélgica celebrado en Madrid

Alfonso Díez a su llegada al funeral por Fabiola de Bélgica celebrado en Madrid (Gtresonline).

El pasado 5 de diciembre moría en Bélgica la reina Fabiola. La monarca, nacida en España pero muy querida en el país de su marido Balduino, fue despedida con todos los honores. Ahora, mes y medio después, en Madrid se ha celebrado un funeral por la española que reinó en Bélgica y a su misa asistió Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba, que de este modo continúa retomando su agenda de un modo discreto. Díez llegó a la parroquia de Santa Bárbara en Madrid acompañado por una pareja de amigos, informa la agencia Gtres.

El semblante de Alfonso, bastante serio, reflejaba los duros momentos que él mismo ha pasado en los últimos meses, tras el fallecimiento de su esposa y las complicaciones legales que suelen venir después. A la entrada del templo se encontraba Blanca Escrivá de Romaní, marquesa de Ahumada, sobrina de la reina Fabiola. Ella misma fue una de las personas que participó en el funeral celebrado en la catedral de San Miguel y de Santa Gúdula, en Bruselas, donde se cantó una salve rociera. Aquella ceremonia, de carácter oficial, contó con las más altas autoridades del país e invitados de distintas familias reales europeas. Ahora en Madrid el funeral ha sido mucho más cercano y sencillo, con la presencia de algunos familiares y amigos. Aun así hubo espacio para los representantes institucionales, entre los que también se puede destacar la presencia del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

Fabiola Fernanda María de las Victorias Antonia Adelaida de Mora y Aragón, que era su nombre de soltera, se casó con Balduino de Bélgica el 15 de diciembre de 1960, fecha en la que se convirtió en la reina de Bélgica. Procedía de una noble familia española y entre sus hermanos se encontraba Jaime de Mora y Aragón, figura fundamental para comprender la jet set marbellí de la segunda mitad del siglo XX. Durante su matrimonio no tuvo hijos y en 1993 vivió uno de los momentos más tristes de su vida con el fallecimiento de su marido durante unas vacaciones en el pueblo granadino de Motril. Querida por los belgas, Fabiola decidió seguir viviendo en Bélgica a partir de entonces, aunque pasó a un segundo plano y sus apariciones públicas eran escasas.

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