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Twitter o como ligar en 140 caracteres

(g3online).

Buscar trabajo, conocer gente, intercambiar noticias, descubrir nuevos grupos, quejarse de todo, planificar manifestaciones, promocionar proyectos, alegrarse por los triunfos, enfadarse ante las injusticias, comentar los programas de televisión y lo que haga falta. Ahora todo lo hacemos vía Twitter. La red social que nos obliga a ser ingeniosos, creativos y sintéticos se ha convertido en nuestro mejor escaparate. En sus 140 caracteres dejamos claras nuestras filias, nuestras fobias, lo que nos gusta y lo que nos repele. Seguimos a las personas que nos interesan, interactuamos con ellas, les mencionamos en nuestros tuits y tratamos, favorito tras favorito, que se fijen en nosotros. Veneramos a las tuitstars, envidiamos sus miles de followers, cotilleamos los perfiles de los famosos y nos creemos líderes de opinión por un día. Y todo sin soltar el smartphone de la mano.

Hasta hace bien poco, Facebook era la red social para ligar por excelencia. Páginas personales, con nombre y apellido, donde buscar desde antiguos amores del instituto a vecinos con los que compartir más que un café o conocidos a los que nos daría vergüenza abordar por la calle. Por si quedaba alguna duda, Facebook facilitaba una opción para dejar claro si se estaba soltero o no. Decenas de fotos, algunas en la playa y con poca ropa, hacían el resto, y si la cosa cuajaba, se pasaba al chat, ese rincón íntimo y reservado donde se podía dar rienda suelta a la pasión, virtual, eso sí. Y para que no hubiera lugar a engaños o malas tretas, se incorporaba la posibilidad de vídeo llamada para dejar claro que aquí se había venido a ligar.

Hasta hace bien poco, Facebook era la red social para ligar por excelencia.

Paralelamente nacía Instagram, la red social del retoque y la fotografía, de la comida y los gatos, de los pies y los torsos desnudos. En un principio, todo parecía mucho más inocente. No había posibilidad de comunicación inmediata, no se utilizaban nombres propios y la censura hacía su trabajo en aquellas fotos que se escapaban de lo socialmente correcto. Pero el ser humano es más inteligente que los programadores y poco a poco Instagram se convirtió en el sitio favorito para el tonteo virtual. Era tan sencillo como darle al corazón en más de diez fotos consecutivas y saltaban las alarmas. El problema es que no podía funcionar sola. Los comentarios, además de públicos, se perdían en el tiempo y, en el fondo, podía más la vista que otra cosa, así que había que recurrir a tretas ingeniosas como dejar el número de teléfono en fotos antiguas para luego borrarlo rápidamente y pasar a la privacidad del Whatsapp. Pura ingeniería social.

Pero, ¿y Twitter? De entrada uno podía creer que una red social pensada para escribir frases cortas no era la más indicada para ligar, pero todo lo contrario. La limitación de espacio es una fuente inagotable para los dobles sentidos, las bromas picantes y las insinuaciones recatadas. Aquí no se necesita ni conocer la identidad del destinatario, ni hay que tragarse doscientas autofotos con filtros que disimulan las imperfecciones. En Twitter casi todo depende de la imaginación. Se ha recuperado el morbo, el juego, el tonteo propio de las relaciones humanas. Y una vez establecida la relación, uno ya podía pasar a los mensajes directos -también de 140 caracteres y con un número limitado al día- para seguir conociendo a esta persona de forma más íntima.

Pero no piensen que todo es tan sencillo. Para ligar por twitter deben tenerse claros cinco puntos básicos:

- En Twitter todo el mundo miente. Las redes sociales están pensadas para presumir. Trabajos maravillosos, vacaciones de ensueño y fotos perfectamente estudiadas para desvelar solo aquello que interesa. Un personaje construido para el mundo virtual, que puede acercarse más o menos a la realidad, pero que tiende a esconder sus defectos y resaltar sus virtudes. No se fíen de nadie.

- Aléjense de palmeros profesionales. En épocas como ésta, donde el trabajo escasea, Twitter se ha convertido en la mayor plataforma para la promoción. Millones de profesionales están al alcance de nuestra mano y podemos darles a conocer nuestros proyectos sin necesidad ni de tener que enviarles un correo electrónico. Piensen que aquellos que les alaban y ríen las gracias puede que tengan otros intereses más allá de los personales. Observen los favoritos y retuits y tomen nota.

- La seducción es una forma de relacionarse como otra cualquiera. Aquello que no se atreverían a decir en la vida real, por las reacciones que pueda causar, no tendrán ningún problema en decirlo vía Twitter. Los dobles sentidos y las proposiciones medio en serio, medio en broma, no solo es que estén a la orden del día, es que se han convertido en la forma usual de relacionarse en Twitter. Entren en el juego, pero sean conscientes de que en la mayoría de los casos se trata de eso, de un juego.

- Tengan preparada su mejor selfie. No hay relación virtual que no empiece con una foto delante del espejo. Practiquen la postura para que parezca casual, empiecen insinuando sin enseñar y si la cosa prospera, que empiece la fiesta. Tanto Twitter como Instagram han tomado buena nota del auge de los selfies y han incorporado la posibilidad de enviar fotos privadas a sus aplicaciones. No tengan reparos con los selfies, a no ser que sean famosos o tengan intención de serlo. En ese caso, vayan con cuidado.

- Constrúyanse unos followers a su medida. Por poco que utilicen Twitter se habrán dado cuenta que hay muchos mundos bajo el mismo universo. Busquen afinidades, opiniones parecidas, polemicen lo justo y no se callen opiniones para quedar bien. Cuánto más armonioso sea su timeline, más facilidad tendrán para ligar.

Con todo esto, tengan claro que, como en la vida, no ganan los mejores, sino los que más se arriesgan. Y que una buena foto de perfil siempre ayuda. Lo demás corre por su cuenta.

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