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El legado de Steve Jobs

El guapo de Asthon borda el papel de Jobs.

Para compensar, el director general de APD, Enrique Sánchez de León, dijo que estas jornadas se hacían para mejorar el networking (compadreo en román paladino) y que veía muchas caras (no sé si lo decía con tono peyorativo) que se repetían en estos foros. A pesar de que te invitan a la entrada del cine, ahora casi un lujo, no se incluyen los nachos con queso. 

La película de esta semana fue Jobs, sobre la vida del fundador de Apple, que sin embargo concluye en 2001 dejando fuera una parte fundamental tanto de la compañía como el enfrentamiento de Steve al cáncer que finalmente le mató.

Un artista que llevó su filosofía a la tecnología, liderazgo visionario, un creador de vínculos emocionales con el cliente fueron las perchas que introdujeron el debate que moderaba Juan Carlos Cubeiro, presidente de Ideo Business y en el que participaban, Mar García Ruiz, directora general de Grass Roots, Matti Hemmi, managing partner de Inknowation y Rodrigo Silva-Ramos, CEO y cofundador de Geeksphone.

Mar le hizo un trajecito bueno a Jobs afirmando que era un manipulador, como todos los hombres brillantes.

Cubeiro, para evitar la estampida de ñúes, pues hay muchos que una vez que ven la peli salen corriendo, se dedicaba a preguntar a la platea qué les ha parecido el filme y qué enseñanzas sacan para sus empresas. Cada vez que Mar hablaba con una voz más propia de una película de Disney la gente asentía, pues era su empresa la que había pagado la fiesta. Mar le hizo un trajecito bueno a Jobs afirmando que era un manipulador, como todos los hombres brillantes, y que era un dictador, además de que ese tipo de gestión del talento ahora no se puede hacer pues hay que ser más integrador y no despedir a todo el que te lleva la contraria. 
Matti, que es como un Jobs pero en España y de origen finés, recordó las enseñanzas de Jobs sobre cambiar la realidad para ser grandes y no dedicarse sólo a seguir a tus competidores. Por no hablar de que la innovación no conoce de años naturales y hay que apostar por ideas aunque sea de recorrido en el largo plazo. 

Rodrigo Silva-Ramos es un ferviente admirador de Steve y dijo que la compañía (la más rentable en el mundo en 2012 y la marca más valiosa desplazando a Coca-Cola en 2013) había perdido su esencia desde 2008 y ahora sin Jobs no sabía qué iban a hacer. Destacó la filosofía de que el que tiene Apple se siente diferente y genera una experiencia de cliente. Al margen de la película, que está muy bien, todo el mundo me ha recomendado ver la charla que en la Universidad de Standford (Jobs no acabó la carrera) dio a estos brillantes alumnos a los que animaba a Stay Hungry, stay foolish (seguid hambrientos y locos pues sólo así conquistaréis el mundo).

Steve Jobs, que era consciente de ser un freak para el resto de los mortales, motivó a todos los diferentes para que hagan cosas importantes. Lo de freak no es que lo diga yo, es que su socio y cofundador de la compañía Steve Wozniak es en la actualidad el campeón de USA de baile de salón. Ashton Kutcher, que borda el personaje, no elude su faceta más antisocial (coqueteó mucho con las drogas, iba descalzo, no se duchaba porque como era vegetariano decía que no generaba toxinas) y sin embargo se aborda poco la parte de los avances tecnológicos pues parece que entre 1976 y 1984 se pusieron los pilares de parte de la informática actual. Si se profundiza en el reguero de cadáveres que Jobs dejó en su ascenso empresarial que le llevó hasta tener que dejar su compañía durante años para regresar tan soberbio como antes. Unas prácticas que han existido en el ámbito económico y que ahora parecen estar demodé.  

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