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Los ‘chulazos’ de los 90: ¿aún son sex symbols?

Brendan Fraser fue uno de los actores más atractivos y punteros en la década de los 90 (Gtresonline).

¿Qué será de Justin Bieber dentro de dos décadas? ¿Y de Robert Pattinson? ¿Y de Zac Efron? Las jóvenes y prometedoras estrellas de hoy puede que no sean las celebrities de mañana. El show business es una industria muy caprichosa, que tan pronto eleva a los famosos como les deja caer en el más oscuro olvido. No confíen en que su buen hacer y sus pectorales de acero les salven la papeleta. En cuanto las primeras arrugas llamen a su puerta y empiece a escasearles la melena, tendrán que luchar con uñas y dientes -y bótox- para mantenerse en el Olimpo de las celebrities. Así de cruda es la vida, incluso para los que lo han tenido todo. Torres más altas hemos visto caer.

Si nos remontamos 20 años en el tiempo, a principios de la década de los 90, nos encontraremos con actores, presentadores y cantantes que ocupaban portadas de revista, que llenaban estadios con millones de fans y que marcaban tendencia con cada uno de sus peinados. Eran los chulazos de la época, los hombres más deseados. Pero, ¿dónde están ahora? ¿Han conseguido mantener su status? ¿O han caído en el olvido? Prepárense para dejarse invadir por la melancolía y repasen con nosotros algunos de los sex symbols que más nos han hecho soñar:

Chris O'Donnell

El tiempo parece que no ha pasado para Chris O'Donnell. El actor consiguió colarse entre los más deseados de la década de los 90 gracias a interpretar a Robin en la segunda etapa de la saga de Batman. Al lado de Val Kilmer, primero, y de George Clooney después, O'Donnell se convirtió en el jovencito musculoso y rebelde que toda adolescente necesitaba en su carpeta. Pero, además, tenía cara de buena persona, una sonrisa encantadora y estaba igual de guapo con melena que con el pelo rapado. Y así ha continuado. El actor se ha instalado en la televisión -desde 2009 ha protagonizado NCIS: Los Ángeles- y no ha abandonado el gimnasio. ¿Resultado? Igual de chulazo que al principio.

Keanu Reeves

Mantener el mismo tipo durante 30 años es harto complicado -a no ser que seas un prodigio de la naturaleza como Sophia Loren-. Keanu Reeves ha tenido muchas etapas. Una primera como tierno adolescente, otra como jovencito atormentado, otra como adulto misterioso y un bache que le hizo ganar varios quilos de más. Pero, al final, la genética parece ser más sabia que nadie y vuelve a su sitio. Keanu Reeves se convirtió en un imprescindible en los 90. El novio que todo el mundo quería tener. Ahora, a los 50, continúa conservando el mismo atractivo. Más maduro, con barba aleatoria y una carrera repleta de proyectos, el actor puede darse con un canto en los dientes.

Ryan Phillipe

Los 90 fueron suyos. Sus papeles en Sé lo que hicisteis el último verano, Studio 54 o Crueles intenciones le convirtieron en una estrella y en el hombre ideal. Tan solo podía hacerle sombra Justin Timberlake, con el que compartía hasta estilismo capilar. Pero el tiempo pasó y los 2000 no le sentaron tan bien, profesionalmente hablando. La que prometía ser una carrera imparable se quedó estancada en películas sin repercusión y papeles olvidables. ¿Un drama? Pues no tanto. Ryan Phillipe puede que no tenga un Oscar, pero puede presumir de seguir tan guapo como siempre. Además, se ha adaptado a los tiempos y luce una musculatura que no tenía cuando era joven. Ya saben que ahora se llevan los gimnasios.

Skeet Ulrich

Si él no hubiese existido la saga Scream. Skeet Ulrich fue el encargado de interpretar al novio de Neve Campbell en la primera de las películas, aunque ya había tenido sus momentos de gloria con Jóvenes y brujas y Condenada. Se dejó caer por la oscarizada Mejor... imposible y ahí quedó todo. Su aspecto de joven atormentado, con pelo largo y perilla -a menudo confundido con un también joven Johnny Depp- pronto pasó de moda y se quedó sin su hueco en el cine. Desde entonces ha estado trabajando en televisión, pero ni su carrera ha remontado, ni su sex appeal se ha mantenido. Un claro ejemplo de los caprichos del destino.

Christian Slater

Aunque ya había trabajado bastante en los 80, fue con el cambio de década cuando le llegó la fama masiva. Rebelión en las ondas, Amor a quemarropa o su intervención en Entrevista con el vampiro le convirtieron en uno de los mejores actores del momento y en una promesa para el futuro. No es que fuese guapo a rabiar, pero tenía todo su atractivo. El problema es, incluso de joven, ya podíamos adivinar como sería su madurez. Christian Slater puede estar satisfecho con su faceta profesional, aunque en términos chulazos se ha quedado en nada. En sus apariciones más recientes observamos una preocupante afición al bótox que le ha dejado una mirada un tanto confusa. Podría ser peor, pero también podría ser mucho mejor.

Dean Cain

Puede que no recuerden demasiado a Dean Cain. Fue el encargado de darle vida a Superman en la serie de televisión Lois y Clarke: las nuevas aventuras de Superman, en la que Teri Hatcher interpretaba a Lois Lane. Sus músculos le convirtieron en una estrella de la televisión, aunque las dotes interpretativas nunca parecieron acompañarle. Desde que terminara la serie, Cain no ha parado de trabajar, aunque siempre en un plano muy discreto. Eso sí, físicamente se conserva como si llevase el traje de Superman debajo. Un poco más corpulento y con un poco más de barba, pero, esencialmente, el mismo que surcaba los aires con los calzoncillos rojos.

Leo DiCaprio

Sin duda, el más exitoso de los chulazos de los 90. Leonardo DiCaprio cubrió el nicho de mercado de jóvenes aniñados y delgaditos, pero guapos y atractivos. Se convirtió el sueño de todas las adolescentes, como podría serlo ahora Justin Bieber. Y si en un primer momento fue más una cara que un actor, con el tiempo consiguió darle la vuelta y se transformó en uno de los mejores intérpretes de la historia. Ahora, el sex appeal ya es otra cosa... Por la vida de Leo DiCaprio han pasado algunas de las mujeres más atractivas, seducidas, empezamos a pensar, por la fama y el glamour de Hollywood. El actor ha echado tripa, se ha dejado barbaza y luce un moñito en vacaciones nada atractivo. Un fofisano, en estos términos tan novedosos.

Andrew Shue

Fue Billy, el guapo de Melrose Place, el que se las llevaba a todas de calle, el hombre del momento. La fama de la serie le transformó en la salsa de todas las fiestas y de todas las presentaciones. Pero parece que ni la interpretación le entusiasmó, ni sus consecuencias tampoco. Tras finalizar la serie, decidió abandonarlo todo y pasar a ser una persona anónima. Fundó una empresa, se casó, tuvo hijos, se volvió a casar y si te he visto, no me acuerdo. Un chulazo que no pudo soportar la etiqueta de celebrity.

Brendan Fraser

En este caso sí podemos decir aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Brendan Fraser conquistó al mundo entero gracias a George de la jungla, aquella especie de Tarzán que le permitió lucir cuerpazo, músculos, melena y sentido del humor. Miles de fans querían verle colado de la liana mientras se lo imaginaban llegando a su casa. Una maravilla. Con el tiempo colgó el taparrabos y se puso el traje de explorador para protagonizar la saga de La momia. ¿Y luego? Pues, de la noche a la mañana, se convirtió en un señor de cierta edad. Ni músculos, ni melena, ni nada. Les aconsejamos que conserven la imagen del actor durante los 90 si no quieren que su libido desaparezca al instante.

Jesús Vázquez

No sabemos cómo lo ha hecho, pero Jesús Vázquez ha conseguido ser un chulazo durante muchas décadas. De jovencito guapísimo y dicharachero ha pasado a ser lo que todo hombre desearía antes de cumplir los 50. ¡Si hasta ha sido portada de Interviú! A este ritmo, auguramos que cuando llegue a la jubilación continuará siendo el más atractivo de la residencia. ¿Cómo lo consigue? ¿Es simplemente por el ejercicio y la dieta? ¿O hay algún oscuro secreto detrás de todo eso? Si de verdad queremos exportar la 'marca España', deberíamos mandar a Jesús Vázquez. Ganábamos fijo.

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