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Llorar como Chenoa

Chenoa (Gtresonline).

La historia sentimental de Chenoa empezó en televisión. O al menos, la historia que nosotros conocemos, claro. Un grupo de chicos y chicas se encerraron en una academia para convertirse en artistas, inaugurando el filón más longevo que ha dado la televisión -trece años después todavía tenemos La Voz y La Voz Kids por si un programa nos sabe a poco-. Entre esos jóvenes se encontraba Chenoa, que venía de cantar en el casino de Mallorca y que se había cambiado el nombre para que no la confundiera con Laura Pausini, y David Bisbal, un almeriense saleroso, que cantaba en la orquesta Expresiones y que rápidamente se posicionó como uno de los favoritos del público. Entre Chenoa y Bisbal saltaron chispas desde el principio, y la dirección del programas, que se las sabía todas, les puso a cantar Escondidos, para que a España se le pusiera el vello de punta al escuchar aquello de “Mientras que hacemos el amor”. Y funcionó.

Cuando acabó el concurso, Chenoa y Bisbal continuaron su relación, aunque intentando evitar a la prensa. Les vimos paseando en chándal y con gorras, disfrutando de las vacaciones en la playa y convirtiéndose en la pareja de moda, muy a su pesar -o eso nos querían demostrar-. Pero el amor duró poco. Bisbal anunció desde Venezuela que había roto con Chenoa y pedía respeto para ella. El problema es que parecía que Chenoa no se había enterado de nada. La pobre apareció delante de las cámaras llorando, visiblemente afectada y desmejorada y pidiendo comprensión para ambos. Aunque a Bisbal no le hacía mucha falta, ya que había encontrado otros brazos para cobijarse, los de Elena Tablada. Pero Chenoa no perdió el tiempo y pronto empezó a salir con Álex González -¿qué mejor para olvidarse de un hombre que otro mucho más guapo?-. Hicieron su relación oficial acudiendo de la mano a los Goya. Pero viendo el historial amoroso del actor, estaba claro que lo suyo no podía durar mucho. Al poco tiempo, la cantante anunciaba que volvía a estar soltera en un concierto en Dos Hermanas.

Más lágrimas

Después de un breve período tranquila, Chenoa decidió grabar un tema a dúo con el cantante David de María. Los cronistas del corazón se apresuraron a anunciar los rumores de relación más allá de lo profesional, pero los cantantes lo desmintieron, como siempre, hasta que ya no pudieron esconderlo más. En un concierto benéfico, tras terminar de cantar, se dieron un beso en el escenario para que todo quedara claro. Y tanto que quedó. Al poco tiempo, ya habían roto. De María se arrepintió públicamente del interés mediático despertado por la relación y Chenoa, una vez más, compuesta y sin novio. Cansada de cantantes y actores, decidió decantarse por los empresarios, a ver si así tenía más suerte. Empezó una relación con Alain Cornejo, hijo del empresario teatral Enrique Cornejo. Estuvieron juntos un año, hasta que la cantante le pidió más compromiso y Cornejo puso pies en polvorosa. Pero como de las llamas siempre quedan brasas, volvieron a intentarlo unos meses después, aunque con el mismo resultado.

Después de Cornejo, llegó Curi Gallardo, un desconocido empresario que trató de conquistar el amor de la cantante. Su relación estuvo plagada de idas y venidas, de comunicados y rupturas, hasta que Chenoa, por fin, se rindió. En la rueda de presentación de su último trabajo, rompió a llorar y dijo que ya estaba harta de ser la fuerte, que había pensado dejarlo todo, pero que al final, había conseguido reponerse. Y no es para menos. Que trece años después, la gente, el público todavía siga pidiéndote que vuelvas con tu primer ex novio es para coger el chándal y volver a llorar en el portal de tu casa. Chenoa, mujer, no te preocupes, que al menos tienes una consolidada carrera musical, ¿no?

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