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Estilo

Cara Delevingne, la mujer de las cejas de oro

Cara Delevingne (derecha) durante la presentación de la última colección de Chanel (Gtresonline).

Puede que sea algo inherente a la condición humana, pero desde que la información avanza a un ritmo tan rápido, nos hemos quedado sin imaginación. Somos incapaces de describir una novedad sin compararla con algo anterior, de forma que, cada año, nos encontramos con ‘el nuevo Paul Newman’, ‘la nueva Sophia Loren’, ‘el nuevo Michael Jackson’ y, puestos a rizar el rizo, ‘el nuevo Miguel Ángel Silvestre’, un actor que dista mucho de haber llegado al culmen de su carrera. Y en el plano internacional estamos con las mismas. Cuando la modelo Cara Delevingne empezó a alcanzar popularidad, fue calificada inmediatamente como ‘la nueva Kate Moss’. ¿Por su parecido físico? No, por su origen y su carácter -de seguir este razonamiento nos encontraríamos con una Kate Moss en cada esquina de Londres-. Y en esas estamos.

Delevingne nació en el lujoso barrio de Chelsea y es ahijada de Joan Collins.

Las similitudes entre ambas modelos terminan antes de empezar. Pese a que las dos nacieron en Londres, lo hicieron en circunstancias muy distintas -y con dieciocho años de diferencia-. Moss vino al mundo en Croydon, un suburbio londinense, hija de una camarera y empleado de una línea aérea, mientras que Delevingne nació en el lujoso barrio de Chelsea, arropada por una familia más que acomodada -su madrina es la actriz Joan Collins, su madre es amiga de Sarah Ferguson y su abuela fue dama de compañía de la Princesa Margarita-. Con este plantel, no es de extrañar que Cara se abriera paso en el mundo de la moda desde niña. Con 8 años ya hizo sus primeros pinitos, aunque no fue hasta los 17 cuando empezó su carrera profesional. Moss, por su parte, fue descubierta a los 14 en el aeropuerto JFK de Nueva York cuando volvía de vacaciones, aunque el éxito le llego a los 16 cuando fue portada de la revista The Face.

Ropa excéntrica y cejas pobladas

Lo que sí les ha unido ha sido su capacidad para cambiar el estereotipo del momento. La delgadez de Kate Moss supuso una revolución en la industria de la moda de los 90, acostumbrada a mujeres más curvilíneas como Claudia Schiffer o Elle MacPherson. Sus campañas, sobre todo, para Calvin Klein crearon escuela y conllevaron el declive de las supermodelos que habían reinado hasta el momento. Y a Cara Delevingne le pasó un poco lo mismo. Cuando la industria de la moda se había acostumbrado a modelos sin personalidad aparente, maniquís que se dedicaban mostrar la ropa pero sin imprimirle ningún tipo de carácter -y cuando se necesitaba una gran figura para cerrar un desfile, se contactaba con modelos de otras épocas- apareció Delevingne con sus excentricidades y su pasión por las redes sociales y volvió a dirigir los focos hacia las modelos. Pero no queda ahí la cosa.

Las cejas gruesas y pobladas de la modelo se han trasformado no solo en su seña de identidad.

El famoso heroin chic -el aspecto andrógino y demacrado que puso de moda Kate Moss- se convirtió en la tendencia del momento, generando un debate que dura hasta nuestros días. De golpe terminaron las opulencias de Cindy Crawford para llenar las pasarelas de modelos esqueléticas que hicieron, eso sí, las delicias de unos cuantos diseñadores. En el caso de Delevingne, la influencia no es tan extrema, pero no se queda corta. Las cejas gruesas y pobladas de la modelo se han trasformado no sólo en su seña de identidad, sino también en inspiración para celebrities, modelos y demás personalidades. Se acabaron las cejas perfiladísimas o dibujadas con maquillaje -a excepción de las de Alaska, que las lleva perfectas-. Ahora vuelve el pelo en casi todos los sentidos, así que suelten las pinzas de depilar.

Con pasamontañas y disfrazada de pizza

Quitando estas dos similitudes, las comparaciones entre Kate Moss y Cara Delevingne son prácticamente inexistentes -ambas han sido fotografiadas, eso sí, con drogas en su poder, aunque en el caso de Delevingne se trató de una bolsita sospechosa cayendo de su bolsillo, mientras que el de Moss terminó dando la vuelta al mundo-. Las excentricidades de la socialite, que disfruta paseando por Londres con los estilismos más extravagantes -hace pocos días la fotografiaban con un pasamontañas mientras acudía a uno de los restaurantes más chic de la ciudad, pero previamente la hemos vista incluso disfrazada de pizza-, han eclipsado en cierto modo su carrera de modelo, mucho más sólida de lo que la gente piensa -en 2012 ganó el premio a la modelo del año en los British Fashion Awards-.

Cara tiene un “proyecto secreto” con Kim Kardashian del que poco o nada se sabe.

Por el momento, la modelo compagina su frenética actividad con un futuro incipiente como actriz -actualmente tiene cinco proyectos en marcha y su nombre suena para la próxima entrega de James Bond-, sin dejar de lado novedades tan misteriosas como la que le une a la socialite Kim Kardashian. Ambas han compartido una fotografía conjunta en la que hablan de un 'proyecto secreto'. ¿Podremos resistir la combinación de dos de las mujeres más famosas del planeta? Si esto no hace explotar Instagram, ya no habrá modo de hacerlo.

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