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Estilo

¿Eres feo y sexy? Je t’adore!

Y allí estaban los feos de la Ugly Agency, con un caché muy considerable y repletos de trabajo (Diesel hace campañas con Dell, la gran estrella de la casa). Hoy, los feos vuelven a ser tendencia solo que han cambiado su nombre: no digas feos, di modelos de estética no convencional. 

¿Quién decide quién o qué es sexy? El concepto es muy personal. Por ejemplo, las Kardasian rompen la pana en EE.UU., pero aquí las vemos un poquito... “vacaburras”, ¿verdad? Los muslos de Beyoncé levantan pasiones y... detractores entre los adoradores de Kate Moss. Así es la moda, las tendencias y los gustos.

Nuestro amigo Jean Paul Gaultier, que es un genio implantando tendencias y gustos, sobre todo masculinos, ha cerrado desfiles con Andrej Pejic, el ser andrógino que tuvo que descubrir al mundo que era la versión australiano-bosnia de Falete. El espíritu de MacQueen sobrevuela en la casa porque también apuesta por ese look de los lerdos repeinados (nerds, tan de moda desde que son pandilla en Un príncipe para Corina). Si dos de los pesos pesados dela Alta Costura se están rindiendo a la estética convencional que ellos denominan eufemísticamente “atípica”, significa que la gente normal, de la calle, está ganando la batalla.

Para ser más exactos, los que están ganando la batalla son los feos raros. No basta con ser un feo normal. Como por ejemplo, nuestro frutero barrigón, o el amigo feo pero simpático... Esos no marcan tendencia. Tienen que tener algo peculiar: ser altísimos, parecer chicas; pelirrojos atrevidos; blanquísimos de piel  y casi transparentes... Algo que se salga de la norma normal.

Ahora que Madrid por fin tiene su propia pasarela masculina MFShow Men, hemos podido ser testigos directos de este nuevo casting. Ya no hay Apolos, ni Beckhams, por mucho que nos duela. Ahora lo que más se demanda es el look de , Leo Nessim, el modelo más solicitado por las firmas en esta pasarela de novísima inspiración. Barba y pelo largo, es decir street trend total. La calle vuelve otra vez a imponerse en las pasarelas, no sólo las firmas se rinden a su poderío sino que son los compradores quienes lo demandan.

 ¿Que se mueran los feos? Para nada. ¡La calle es “vuestra”!

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