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Mallorca, un enclave alemán en Baleares

Caló des Moro, Mallorca (Flickr | Tommie Hansen - imagen con licencia CC BY 2.0)

Mallorca es uno de los lugares preferidos de los alemanes. Nuestra isla favorita, se lee en la prensa cuando se tratan las noticias mallorquinas. Llegan a contarse cuatro millones de germanos pasando sus vacaciones allí cada año. Los alemanes son mayoría entre los abundantes turistas extranjeros que recibe la isla. Además, la colonia de teutones residentes en Mallorca es bastante grande. Aunque no haya datos oficiales, se cuentan varias decenas de miles de personas.

Los alemanes empezaron a llegar a Mallorca en oleadas desde los años 70. Sin embargo, antes, ya hubo germanos que conocieron las hoy playas plagadas de turistas como casi paisajes desiertos donde “los bikinis estaban prohibidos, solo se podía llevar traje de baño” y donde “hombres y mujeres se bañaban por separado”, según recordaba hace poco el periodista Maximilian Weingartner en el respetado diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. Así era la Mallorca de los años 50.

Mallorca, "la isla del sexo"

El consulado alemán reconoce que los alemanes no se abren, se relacionan demasiado entre sí.

Atraídos por los parajes, el modo de vida apacible y el ambiente de la isla, muchos alemanes llegaron para quedarse, al igual que hacen hoy británicos o rusos. Esta circunstancia explica en buena medida que en Mallorca se pueda vivir tranquilamente en alemán. “Los alemanes no se abren, se relacionan demasiado entre sí”, debido al “idioma, pues no aprenden el de aquí”, han reconocido en el consulado de Alemania en Mallorca.

Tal vez porque la sienten como territorio propio, suele ser habitual que en la prensa de Alemania aparezcan reportajes sensacionalistas sobre las fechorías que se cometen en la isla. Especial atención se presta últimamente a los turistas británicos, que dominan en otras partes de Mallorca y que han protagonizado escándalos por sus desfases ociosos.

Así, en Magaluf, en el oeste de la isla, se ha tenido que plantar cara a las orgías nocturnas en la playa, a los robos, a la prostitución y a los locales donde supuestamente se incita a la prostitución. En este contexto, y atendiendo también a lo que se dedican en la isla los jóvenes venidos de Alemania y de la pérfida Albión, Mallorca aparecía recientemente en las páginas del diario populista Bild como “la isla del sexo”. El año pasado, ese mismo diario alertaba a sus lectores de que, en zona alemana, “timadores, carteristas y prostitutas baratas dominan la playa de Palma después del atardecer”.

Un turismo mas allá del alcohol

Mallorca ofrece cultura, arquitectura, calas geniales que parecen del Caribe.

Ésta es, sin duda, la parte oscura del turismo. Pero no es en modo alguno la única. La mayor de las Islas Baleares presenta abundantes atractivos ajenos a maleantes y al desenfreno alcohólico y sexual de una ruidosa proporción de turistas. “Mallorca ofrece cultura, arquitectura, calas geniales que parecen del Caribe, diversas oportunidades de recreo” y, para aprovechar todo eso, “uno no tiene que emborracharse”, indicaba a sus lectores Weingartner, el periodista del  Frankfurter Allgemeine Zeitung. Tampoco hay que olvidar la sierra de Tramontana, en el norte de la isla, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

“Lo que hace atractiva a Mallorca es la diversidad de vacaciones que se pueden tener en la isla. Se puede estar en una zona con mucho movimiento -playa de Palma- pero también se puede disfrutar de vacaciones tranquilas. Es una isla muy diversa, e incluso la gente que va a menudo allí descubre cosas nuevas en cada estancia”, explica a Marabilias Karl Born, en su día directivo de la macrocompañía turística TUI y ahora profesor de turismo. Además, “Mallorca es muy accesible, hay muchos vuelos”, añade.

Isla de celebrities germanas 

Las celebrities alemanas también se dejan ver por Mallorca, como Claudia Schiffer.

Por todo ello, no son pocas las celebrities alemanas que han dejado verse de vacaciones en Mallorca. Por ejemplo, la veterana supermodelo Claudia Schiffer, o artistas archiconocidos en el mundo de la cultura germana como el músico Peter Maffay, o la ex presentadora de noticias en televisión Sabine Christiansen. Otros miembros de la élite teutona que desembarcan por vacaciones en Mallorca pueden ser Carsten Maschmeyer, multimillonario fundador de la sociedad de servicios financieros AWH Holding AG -una de las más importantes en Alemania- o el ex político y director ejecutivo de TUI, Michael Frenzel.

Ellos son el público ideal para quienes esperan consumo de servicios locales alejados del típico binomio sol y playa del que tanto ha vivido -aún vive- el sector español del turismo. Según Born, otros tipos de turismo han de recibir un ‘empujón’ en Mallorca, pero bajo ningún concepto ha de “descuidarse a los interesados en el sol y la playa”. Porque “la mayoría de turistas no está interesada en la tierra, ni en la cultura ni en el contacto social”, sostiene este experto. Así, el desafío está en poder ofrecer más hoteles de cuatro o cinco estrellas, más golf y más calidad en general. Pero sin dar la espalda al lado oscuro del turismo. Esto es algo que no se puede permitir ni Mallorca, por muy alemana que sea.

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