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Los 5 errores que impiden que pierdas peso en un gimnasio

Clase de fitness en un gimnasio. (Imagen wikimedia | licencia CC BY-SA 3.0).

¿Retengo líquidos o tengo una alergia rara que me hincha como un globo? ¿El músculo pesa mucho más que la grasa? Estas preguntas y muchas otras nos rondan la cabeza cuando los objetivos no se cumplen y el entusiasmo por el fitness empieza a decaer.

Está claro que el ejercicio y una buena alimentación son los pilares fundamentales para perder peso, pero para obtener unos resultados óptimos no basta con hacer ejercicio unos días a la semana y cenar fruta. Conviene prestar atención y evitar los siguientes errores que pueden frenar la recuperación de la silueta.

No controlar las pulsaciones adecuadas cuando hacemos cardio

Antes de empezar a entrenar hay que saber qué ritmo cardiaco es el idóneo para quemar más grasa. Este pequeño detalle puede hacer que nuestro esfuerzo en la elíptica surta efecto o que sea prácticamente imperceptible. Lo primero que hay que saber es el ritmo cardiaco máximo que por edad, sexo y complexión es el nuestro. La fórmula es un poco complicada pero se puede decir que restando tu edad a 220 sale más o menos cual es el RMC al que se puede llegar haciendo ejercicio (¡ojo! sin tener en cuenta lesiones o enfermedades que debería valorar un médico). Pues bien, el rango en el que más grasa se quema está en torno al 65 y el 80% del nuestro RMC. Si se hace ejercicio constante en ese rango de frecuencia cardiaca se perderá mucho más peso.

Ejercicio dos veces por semana

Está claro que cualquier ejercicio es bueno, pero entre hacerlo dos veces por semana y no hacer nada, la diferencia es muy pequeña. Para que el ejercicio se note hay que crear un hábito: la constancia y la regularidad son claves. Hay que activar el metabolismo con el ejercicio y es mucho más eficaz si se hace media hora todos los días que si uno se pega una paliza de 3 horas los martes y jueves.

Obsesionarnos con el cardio

Los ejercicios aeróbicos están muy bien para adelgazar pero si queremos que la pérdida sea duradera hay que acompañarlos de pesas. Las pesas ayudan a mantener la masa muscular, a moldear la figura y a mantener activo el metabolismo una vez terminado el ejercicio.

La hidratación

Da una imagen muy chula ir al gimnasio con nuestra bebida isotónica debajo del brazo, pero seamos realistas, no somos atletas de alto rendimiento y no nos hace ninguna falta reponer líquidos a mansalva ni electrolitos. Las bebidas isotónicas tienen un aporte calórico bastante alto y neutralizan el consumo de calorías que nos da el ejercicio. Un vasito de agua y a tirar millas, con eso es más que suficiente.

La alimentación

Por más que nos pese, si no reducimos la ingesta calórica, el ejercicio moderado (que es el que el 99% de la gente practica) no es suficiente para bajar peso. Comerse una lasaña de kilo y medio e intentarla bajar en el gimnasio puede llegar a frustarnos, porque la paliza será baldía. Hay que intentar sacar los azúcares de la fruta y las proteínas del pescado y de las carnes blancas. Los hidratos, siempre integrales y de lenta absorción.

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