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La fruta me conserva, ¡vivan los antioxidantes!

Blake Lively comiendo uvas durante el rodaje de `Gossip Girl`/ Gtresonline.

A todos nos cuentan que comer cinco veces al día es lo sano. Que acelera nuestro metabolismo y así estamos delgados, guapos y activos pero, ¿nos han contado alguna vez que el proceso de la digestión es una de las funciones del organismo que más radicales libres produce? Pues pocas veces, la verdad. Y el caso es que, cuanto más radicales libres producimos, más rápido envejecemos.

La mejor manera para neutralizar este efecto oxidativo es atacar con los gloriosos antioxidantes que la madre naturaleza nos da. Un poquito de cada uno al día y nos conservaremos como auténticos pimpollos. ¿La receta? Sencilla, apuntad:

Resveratrol

Últimamente es el antioxidante más famoso y que más milagros parece que hace. En realidad es un extracto de uva -a poder ser tinta o morada-. Es muy potente a la hora de limpiar nuestras arterias y lo mejor que tiene es que se puede tomar en racimo o de vino, versión que nos gusta mucho más.

Coenzima Q-10

Es uno de los antioxidantes más completos porque participa en varios procesos corporales y ayuda a las enzimas de nuestro body a realizar correctamente su trabajo. Es la pieza clave del metabolismo celular. ¿Dónde lo encontramos? En pescados y carnes a cascoporro. Las sardinillas son una de las fuentes de Q-10 más completas y sabrosas.

Punicalagina

Es el último grito en antioxidantes. Revive a los puriquitos muertos. Ayuda en los procesos cancerígenos de próstata y de colon, es neuroprotector, antiinflamatorio... Y está en una de las frutas más ricas que existen, la granada. Solo tiene un problema, la mayor concentración la tiene en la cáscara, así que la única forma de poder tragarlo es en zumo, qué se le va a hacer.

Cisteína

Para después de una juerga flamenca, es el mejor antioxidante. Desintoxica el cuerpo a la velocidad del rayo, ideal para San Fermines. La contiene el huevo, la leche, el ajo y el brócoli principalmente.

Vitaminas C y E

La vitamina C estimula el sistema inmune y protege las arterias. La vitamina E previene los infartos y los achaquillos de la edad -aparte de ponerte la piel tersa y suave como un melocotón-. La primera está presente en casi todas las frutas y verduras, y la segunda en los aceites, sobre todo el de oliva.

Licopeno

Ataca el estrés oxidativo y previene enfermedades como el cáncer. Lo tiene en exclusiva el tomate. Además en todas sus versiones, crudo, frito o en ketchup. ¡Qué alegría! Con lo que nos gusta el salmorejo.

Clavo

Y por último, una especia para rematar, el clavo: aparte de ahuyentar a las moscas de nuestro carnicero (porque a las de casa se la refanfinfla) reduce la cantidad de hierro y la peroxidación de los lípidos, elementos claves en el envejecimiento. Así que unos clavitos en un zumo de limón y miel al día y a lucir lozanía por doquier.

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