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La fiebre del agua de coco y las celebrities

Agua de coco (Flickr/ Nico Kaiser CC BY 2.0)

Quien dice Gisele Bündchen dice Rihanna, Sienna Miller o Lady Gaga. El caso es que desde que nos hemos enterado de la fiebre de las celebrities por la enigmática ‘bebida milagrosa’ -que las mantiene bellas y sanotas- no nos hemos podido resistir, nos hemos vuelto incondicionales de la fabulosa, inimitable y deliciosa agua de coco.

En primer lugar hay que hacer una aclaración que no por sencilla deja de ser vital: el agua de coco no es lo mismo que la leche de coco. Puede parecer obvio, pero si hay algún incauto que las confunda, en vez de ver florecer su piel y sus células, verá florecer michelines y colesterol -a partes iguales-.

Misma hidratación y más sabor

Se dice que el agua de coco es la manera de hidratarse más natural después del agua, con la ventaja de ser mucho menos sosa e insípida. La clave está en que es recolectada cuando el coco está todavía verde y no ha desarrollado grasas ni azúcares, al contrario que la leche de coco que es el zumo de la jugosa carne del coco maduro.

La lista de sus beneficios nos ha dejado loquitas: tiene potasio para calmar nuestros calambres, es rica en aguas minerales, antioxidantes, favorece el tránsito intestinal, mejora el sistema nervioso y el sanguíneo, rehidrata y nutre las células de forma natural. ¿Se puede pedir más a un simple líquido? Pues sí, que sepa bien y que no engorde, ¡olé! ya no queremos nada más en nuestras vidas.

Una próspera inversión

Tal es la fiebre que ha desatado entre el famoseo que algunos no se conforman solo con beberla sino que han invertido varios de sus millones de dólares en marcas que comercializan tan preciado elixir. Matthew McConaughey, Madonna y Demi Moore ya son accionistas de algunas firmas como Zico, Vita Coco, Coco Zona o Do Bem, aunque dudamos mucho de que -además de accionistas- sean consumidores, dada la pinta de deshidratados que pasean últimamente los pobrecillos.

Pero la fiebre del coco no viene sola, la obsesión por beber a todas horas y llevar el Birkin lleno de botellas ha traído a la palestra a las vitaminwaters, o lo que es lo mismo, las aguas vitaminadas. Primas hermanas del agua de coco, las hay de todos los gustos y colores, también antioxidantes, hidratantes, energizantes... Pero a diferencia del agüita de coco, las vitaminas suelen venir de sintetizaciones químicas y no de la extracción de un producto natural, que -lejos de resultar negativo- supone una garantía de seguridad para los súper alérgicos. Ninguna glotis se cerrará por su culpa.

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