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Esperando al Águila Pescadora

En la década de los 1960, el Águila pescadora, una rapaz de más de metro y medio de envergadura, dejó de anidar en Andalucía y en los 80 dejó de verse en toda la península, aunque seguía anidando en las Islas Baleares y en Canarias.

Cincuenta años más tarde, un esfuerzo combinado entre la Fundación Migres, la Fundación Santander, la Estación Biológica de Doñana – CSIC y la Junta de Andalucía han conseguido que el Águila pescadora vuelva a anidar en este precioso paraje salobre.

La reintroducción ha consistido en la cría en semi libertad de pollos de águila pescadora mediante la técnica del hacking, esto es, que se traslada a los pollos a una torre de cría en la marisma y se dispone de cebaderos para que se sientan como en casa… y quieran volver, claro.

Esta primavera, estamos esperando que los 10 pollos nacidos en la primavera pasada, tres de los cuales de ejemplares procedentes del proyecto, vuelvan a sus nidos de la marisma del Odiel.

Esta águila tiene una peculiaridad en sus garras, fundamental para que no se le escapen los peces y es que tienen un dedo “reversible”, de manera que pueden atrapar su presa con dos y dos dedos. Ingenioso ¿verdad?

Para descubrir el hábitat recuperado del Águila pescadora, os propongo tres opciones. Podemos ir al centro de visitantes en las salinas de Bacuta, donde nos explicarán la génesis de la Ría y existe un buen punto de observación de aves sobre las salinas, y dar un corto paseo por el Sendero Señalizado de la Calatilla de Bacuta. Nada, un ratito.

Otra opción que también os gustará mucho es seguir hacia el sur por la carretera hacia el faro y el espigón de la punta de la Canela, parando eso sí, en los numerosos senderos que nos saldrán por la derecha de la carretera y nos adentrarán en la marisma donde pescan nuestras águilas.

Y por último, la que a mí me gusta. Salimos del centro de Huelva y nos encaminamos hacia el carril bicicleta que parte de los Astilleros, cruza la marisma por el puente viejo y nos adentra en las marismas por la zona de Corrales. Esta opción, para los más machotes, tiene la ventaja de que no vamos a utilizar el coche y podremos ver diferentes tipos de hábitats de la Ría: las zonas inundables con sus esteros y barcas varadas en la bajamar, las zonas de pinar, las lagunas y las salinas. Todo, todo, sin cuestas, eso garantizado.

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