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Las Horas Perdidas: la casa de este fin de semana

Fachada de Las Horas Perdidas en O Paramo, Lugo (Imagen: C. Mellado).

Un camino cubierto por un manto de árboles con prados a ambos lados señala la entrada al pequeño pueblecito donde se sitúa Las Horas Perdidas. Aquí no se escucha ni un ruido aparte de la lluvia golpeando los cristales o las hojas moviéndose por el viento. La tranquilidad es la característica principal de este lugar y una simple mirada al paisaje que rodea la casa es la mejor terapia contra el estrés.

Una mezcla entre modernidad y tradición envuelven la estancia de piedra y madera, y las vistas de los alrededores con praderas y montañas terminan por rematar un entorno perfecto. Pasear por los caminos que rodean el hotel es todo un lujo, y un plan idóneo para aprovechar una tarde en la que la lluvia dé un respiro. ¡Ojo! Aquí no llueve tanto, pero cuando llueve,  pues llueve. Si no  queremos caminar, siempre podemos conocer la zona con una excursión a caballo,  que es otro de los mejores atractivos de este lugar.

Visita a Lugo

Cuando la calma de este sitio haya invadido al inquilino y se busque encontrar algo más de ambiente, es casi obligatorio bajar a visitar Lugo, una ciudad pequeña que alberga historia en cada una de sus calles. Los romanos estuvieron aquí y eso se nota, desde la enorme muralla que serpentea por la ciudad hasta las pequeñas plazas y estrechas callejuelas se aprecia ese toque personal de racionalidad del antiguo imperio.

Un buen plan: disfrutar del arte gallego cocinando el pulpo en el restaurante Aurora de Carballiño para después pasear por la muralla hasta la catedral, y de ahí a la Plaza Mayor a ver algunos de los monumentos en honor a los romanos que cada año se levantan durante una de las fiestas populares más famosas del lugar: Arde Lucus. Y para terminar, unas cañas y unas tapas en alguno de los bares de la zona de vinos, en la Rúa Nova: champiñones y calamares en Mesón A Rúa, croquetas y tortilla en La Fábrica o una selecta carta de vinos a un euro en el Bar Nola. 

Antes de dejar el oasis, hay que tomar una queimada tras el ritual del conjuro.

Da igual cuánto tiempo se pase aquí: siempre parecerá poco, aunque por lo menos se habrán recuperado algunas de las horas que todos los días se pierden. Y antes de dejar este pequeño oasis de calma y armonía y volver a la ciudad, hay que protegerse contra los malos espíritus que pueda haber en el camino. Azúcar, aguardiente, cáscaras de limón y naranja y granos de café en un recipiente de barro arden mientras se pronuncia un conjuro que aleja a los malos espíritus y que sirve como protección contra maleficios. Beber una queimada gallega es el cierre perfecto para una un fin de semana que hará querer volver a cualquiera. 

FICHA

Categoría: Casa rural.

Nombre: Las Horas Perdidas.

Lugar: Alvaredo, O Paramo, Lugo.

C.P.: 27389.

Teléfono: 982 543 232.

Habitaciones: 7 dobles.

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