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10 motivos para ir a Svalbard con Borge Ousland

Paseo en trineo de perros en Svalbard (Flickr | Jon Kristian Bernhardsen - imagen con licencia CC BY 2.0)

Su primera expedición, con 24 años, fue una travesía de Groenlandia en los tiempos en que el GPS y las ‘prendas técnicas’ casi ni se conocían -y en todo caso no eran asequibles para la mayoría de los mortales-. Esa travesía se efectuó en 1986 únicamente con un sextante como guía y ropas de lana y algodón. Algo que hoy en día parece imposible.

Sus aventuras son un referente para la nueva exploración. En 1990, realizó la travesía del Polo Norte desde la isla de Ellesmere (Canadá) con sus compañeros Geir Randby y Erling Kagge. No contento con ese logro, en 1994 realizó su travesía del Polo Norte en solitario y sin asistencia -una de sus expediciones favoritas según él mismo-.

En 2006 realizó, junto con Mike Horn, la primera travesía invernal sin abastecimiento al Polo Norte en una oscuridad casi total, y en 2010 circunnavegó el Polo Norte en un solo viaje de 4 meses de duración, algo solo posible debido al deshielo causado por el calentamiento global.

Cruzó ambos polos solo y por su cuenta

Hace unos años, su esfuerzo fue mucho más conocido mundialmente, por convertirse en la primera persona en cruzar ambos polos en solitario y sin apoyos. El Ártico en 1997 y la Antártida en 2005, logros por los que recibió el premio Internacional de la Sociedad Geográfica Española en 2012.

No es raro que sea el conferenciante más famoso sobre temas polares y también sobre motivación y superación personal. Todo esto le convierte no solo en un explorador más, sino en lo que podríamos llamar un ‘humanista del Ártico’, debido a su extenso conocimiento del mismo en todas sus facetas.

Su necesidad de compartir sus experiencias, le ha llevado a crear su propia agencia de viajes para acercarnos al mundo Ártico. Borge ofrece la posibilidad de participar en expediciones por todo el mundo. En el archipiélago de Svalbard es el guía perfecto -situado en el océano Glacial Ártico, y que forma parte del reino de Noruega-. Este archipiélago -con una extensión de un poco más de 60.000 kilómetros cuadrados- está constituido por tres islas principales: Spitsbergen, Nordaustlandet y Edgeøya, de las cuales solo la primera está habitada, siendo su capital Longyearbyen. La población de esta ‘ciudad’ es solo de 1.600 habitantes -de las 2.600 personas que viven en todo el archipiélago-.

Por qué visitar Svalbard

Cierto que estas expediciones no son para cualquiera -debido a su grado de dificultad y de exigencia física- pero nos llevarán a lugares con los que normalmente solo nos atrevemos a soñar, y que nos harán no solo descubrir una naturaleza, flora y fauna salvajes, sino también seguramente aprender mucho sobre nosotros mismos. Svalbard puede ser nuestro destino por:

1. Disfrutar del Sol de Medianoche. Algo a lo cual los habitantes de estas islas están acostumbrados, pero que para los provenientes de latitudes más meridionales resulta una experiencia única y sorprendente además de vigorizante, ya que nuestro cuerpo no producirá melatonina, la sustancia natural que induce al sueño.

2. El poder deslizarnos suave y silenciosamente en kayak, como los ‘Inuit’, por los innumerables fiordos del archipiélago. Hay algo especial en esta silenciosa forma de viajar que nos permite mezclarnos con las focas y la fauna marina de la zona.

3. Dormir al borde de una fogata en un campamento montado en cualquiera de las maravillosas playas salvajes, quizás en alguna de las muchas islas deshabitadas del archipiélago.

4. Realizar una excursión en caballos islandeses atravesando la tundra o al borde del mar. Estos caballos, únicos en el mundo, importados desde Islandia son muy valorados por su ‘cuarto paso’, rápido como el galope pero suave a la vez.

5. Podremos probar la otra forma de viajar de los esquimales: el trineo de perros. Una excursión con un tiro de estos simpáticos, divertidos y salvajes bandidos es algo inolvidable, así como las peleas de las que disfrutan en los descansos. Esto es posible incluso en verano, con trineos adaptados con ruedas.

6. Caza…. de fósiles. La erosión provocada por los glaciares hace posible el encontrar fósiles en las morrenas glaciares no muy lejos de Lonyearbyen, la población principal.

7. Realizar una travesía en velero a lo largo de la costa, observando la fauna salvaje de las islas, y durante este viaje -siguiendo el estilo de las grandes exploraciones polares- cruzar esquiando y sin asistencia el glaciar de Vestfonna, entre otros. Este viaje se considera como una autentica exploración polar.

8. Visitar el museo de Longyearbyen. Una jornada a través de la historia de las islas, desde los primeros balleneros hasta nuestros días. Este museo recibió el premio al mejor museo por el consejo de museos de Europa en el año 2008.

9. Cenar en alguna de las cabañas tradicionales, donde degustar las especialidades locales -ya sea el reno, foca o el salmón más fresco que se puede encontrar-.

10. Combinar varias de estas actividades (kayaks, trekking, travesía del glaciar Vestfonna, campamentos al aire libre) en alguna de las expediciones organizadas por la empresa Exploraciones Polares Borge Ousland u otras empresas locales.

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