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Cultura

Diez filmes para vivir la Primera Guerra Mundial

Kirk Douglas en Senderos de gloria.

Sin novedad en el frente

Esta película, (de la que existe una versión inicial muda aunque con la llegada del sonoro acabó siendo como ahora la conocemos) basada en la novela de Erich Maria Remarque y que ya aconsejamos cuando nos referimos a los libros, sigue a la mencionada de manera bastante fiel. Tanto, que la película en su momento fue considerada la más violenta filmada hasta la fecha. En algunos países incluso prohibida. Y es que el realismo de sus escenas va más allá del gore, pues logra hacerte sentir la transmutación que esos jóvenes ilusionados (sí, ilusionados) que marchan al frente occidental van a sufrir. El final es tal vez el más poético de cuantas películas bélicas se hayan hecho nunca.  Lewis Milestone. Universal Pictures – 1930.

Johnny cogió su fusil

Tal vez la setentera película norteamericana tuviera un éxito añadido teniendo en cuenta cuándo fue rodada, con la Guerra de Vietnam como contexto y dura realidad para una juventud americana que no quería seguir los pasos de esa canción patriótica cuya letra da título a la película. Aunque en el libro en el que se basa, deja ya bien claro a dónde nos quiere llevar su director, guionista y autor: “Johnny cogió su fusil, fue a la guerra y volvió mutilado de por vida”. Son las consecuencias del combate por tanto, y terribles en el caso del protagonista, las que aquí se muestran con una crudeza despiadada, por lo que ciertamente está considerara como una de las mayores películas antibelicistas de la Historia. Por cierto, nuestro Luis Buñuel escribió una de las escenas. Dalton Trumbo. World Entertainment – 1971.

Senderos de Gloria

Muchas veces se ha dicho que la filmografía de Kubrick es pretenciosa, y que su obra es muchas veces ampulosa (Barry Lyndon), críptica (2001…) o fatua (Eyes wide shut). Pues estamos ante una película, no por muchas veces vista absolutamente imprescindible de volver a ver las veces que haga falta, y que en apenas 86’ y en un nítido blanco y negro, nos envuelve en la demencia del conflicto con una maestría sin par. El protagonista es un Kirk Douglas en una interpretación memorable. Y, sinceramente,  creo para mí que sea tal vez la mejor película antibelicista de todas. Stanley Kubrick. Metro Goldwin Mayer – 1957.

Capitán Conan

Las noticias no siempre llegan cuando uno quieren. Y en el frente oriental, firmado ya el armisticio, los soldados siguen matando y muriendo. En este interesante drama francés podremos ver al ejército de nuestros vecinos en los Balcanes en 1918, a través de su protagonista, el teniente Conan (lo de capitán habrá que ver la peli para saber el porqué y el cuándo del cambio de empleo) y mediante toda una panoplia de historias y microhistorias que a veces tal vez puedan hacerla algo confusa. Acción, pero eso sí, al ritmo de cine francés. Bernard Tavernier. TF 1 Prod et al. – 1996.

Alas

No podía faltar una película sobre la aviación en aquella guerra. La primera en que se usa esta novedosa y, con el tiempo, devastadora arma. Un arma de caballeros al principio. Casi versallescos. Esta película tiene la curiosidad, no sé si el valor añadido, de ser la primera que se llevó el primer premio Óscar de la Historia. Una película de amores enfrentados y lucha por la chica, y todo un canto a la amistad y el compañerismo. Muchas escenas son de una modernidad alucinante, y algún plano será más que plagiado (u homenajeado como se dice) por algún otro director de esta lista en otra famosa película bélica. William A. Wellman. Paramount Pictures – 1927.

Cuatro de Infantería

La visión alemana del conflicto viene con una película tal vez más desconocida para el gran público, pero no así para los amantes del género. De hecho, podremos encontrar grandes paralelismos con la mencionada “Sin novedad en el frente”. Tal vez sea este film alemán más adusto, y las escenas de guerra más del estilo de un documental al uso. Sin embargo, una trama interna, en la vuelta ocasional del protagonista a retaguardia, la confiere también un valor añadido con ese realismo social tan propio del cine expresionista alemán, del que su director es un bien conocido exponente. Georg Wilhelm Pabst. Bavaria Films – 1930.

Gallipoli

Un joven Mel Gibson encarna las vicisitudes que el componente australiano, parte aún del Imperio de Su Graciosa Majestad Británica, pasa al incorporarse a la lucha en la Vieja Europa. El escenario no es el habitual del imaginario que tenemos de la Gran Guerra, y los colores cálidos de la película (pues el escenario es el de la batalla de Gallipoli o de los Dardanelos como estudiamos algunos, llevada a cabo en los áridos paisajes de Turquía donde los Aliados se enfrentaron con la parte oriental del Eje). Tal vez falle en algún aspecto histórico, pero creo que merece la pena ver esta película para ahondar en la locura e incapacidad de unos mandos, que iban de carnicería en carnicería a costa, obviamente, de cientos de miles (digo bien) de soldados. Y muchas veces, para nada. Peter Weir. Paramount Pictures – 1981.

La gran ilusión

Algo que hemos visto en tantas películas de la Segunda Guerra Mundial y que creemos sólo propio de aquel momento, es el cómo se vivía en un campo de prisioneros. El maestro Renoir, con la siempre excepcional interpretación de Jean Gabin, nos lo va a mostrar en esta película, odiada por Goebbels por cierto, y considerada como una de las más emotivas del cine. De hecho, esta película fue la primera nominada en Hollywood para Mejor Película… sin ser de habla inglesa. Un magnífico film de guerra, por cierto, sin combates en ella. Jean Renoir. RAC – 1937.

Armas al hombro.

Sólo merecen ser tomadas a broma las cosas serias. Y no se me ocurre nada más serio que una guerra. Ni tampoco nadie mejor para hacer mofa de ella que el inigualable Sir Charles Spencer Chaplin, o como nosotros lo conocemos, Charlot. Si nuestro pequeño vagabundo logra hacernos soltar una carcajada con sus charlotadas  en una de las mayores masacres de la Historia de la Humanidad, entonces no habremos pedido el tiempo viendo esta pequeña obra de este genio del cine. Que son 45’ tan sólo, pero en el que les aseguro que se reirán. Con la guerra. ¡Ya ven! Charles Chaplin. Charles Chaplin Prod. – 1918.

Feliz Navidad

Acabemos con un punto de esperanza en la humanidad. Con un cuento navideño que nos propone esta película multinacional (lo que le otorga un valor simbólico añadido), basada en la famosa “Tregua de Navidad” entre alemanes y aliados, donde de la guerra de obuses se pasó a una guerra de canciones (sic) y de villancicos, y hasta un partido de fútbol (¡hombres al fin y al cabo! Muchachos que no otra cosa tenían que estar haciendo). Una película simpática y sin pretensiones, tal vez no brillante y seguramente no redonda, pero ¡qué quieren que les diga, a mí me gustó! Y viéndola en algo nos devuelve la fe en el ser humano. Aunque fue tregua fugaz y la Segunda Guerra Mundial nos la volvería a quitar de manera exponencialmente cruel… Christian Carion. VV.PP. – 2005. 

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