Quantcast

Cultura

Cotillear en el armario de los clásicos literarios del XIX

Jean-Paul Gaultier diseña un vestido para la Elizabeth Bennet de Orgullo y prejuicio y Jan Taminiau otro para la Marie Duplessis de Alejandro Dumas. No es una metáfora ni una acrobacia para embellecer el texto, sino una exposición del Gemeentemuseum de La Haya. Sí, una exposición que se mete en el ropero de las novelas del siglo XIX.

Bordados de seda, corsés tan apretados que cortan la respiración, sobrios trajes a medida para los hombres y espectaculares vestidos de gala para las mujeres son algunas de las propuestas de la exposición Moda romántica: Mister Darcy encuentra Eline Vere, que se exhibe hasta el mes de marzo de 2015.

El XIX es el siglo de la metrópoli. La revolución industrial esparce su velocidad como un viento democrático que iguala a las clases en el consumo. Lo mismo ocurre con la ropa, que  deja de ser algo exclusivo de las clases más acomodadas, y se esparce entre hombres y mujeres.

La exposición incluye  trajes, complementos y fotografías originales remiten a una época en la que no sólo se escribieron  clásicos comos Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, Jane Eyre de Charlotte Bronte y Eline Vere de Louis Couperus, sino que todavía inspiran películas, novelas y series de televisión  como Downton Abbey".

Los protagonistas de esas novelas y otras como La dama de las camelias cobran vida a través de los diseños que han inspirado a reconocidos diseñadores contemporáneos como el holandés Jan Taminiau, la británica Vivienne Westwood o el francés Jean-Paul Gaultier, entre otros.

“El nuevo orden social del siglo XIX dejó su huella en el mundo de la moda y todavía hoy crea tendencia, pues sigue siendo la fuente de inspiración de muchos diseñadores", aseguran los organizadores de la muestra, quienes plantean que "la moda se convirtió en una herramienta cada vez más importante para la élite y los nuevos ricos" de la época, al tiempo que se sucedían rápidos avances tecnológicos. La creciente influencia de las revistas de moda trajo consigo llamativos colores y bufandas de cachemira para ellas, mientras entre los hombres se estilaba dejarse barba o bigote.

Buena parte de las piezas que se muestran en esta exposición han sido restauradas y se muestran al público por primera vez.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.