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Cultura

Los 10 bochornos de los Goya

El presidente de la Academia del Cine, González Macho, y el ministro José Ignacio Wert, dardo predilecto de los guionistas de la gala/ Gtres

Es la gala más esperada del cine español. Eso sí: no le faltan polémicas, vergüenzas  -propias o ajenas- ni mucho menos polémicas. Con algunos de sus momentos más comprometidos,  hemos hecho una lista de diez bochornos, vamos, diez putadas memorables que ya casi forman una tipología sobre qué podría ser lo peor que podría pasarle a alguien en una gala de los Premios Goya.

Que no te den el premio. Que el presentador o presentadora opten a un premio y no se lo den no parece una buena idea. En 2000 la gala fue conducida por Antonia San Juan, candidata por Todo sobre mi madre. La presentadora no estuvo especialmente brillante en ningún momento, pero cuando se abrió el sobre y se pronunció el nombre de la ganadora a Mejor Actriz Revelación se vino abajo. Obviamente, no era el suyo el que escuchó.

Ser el ministro de cultura, que te puteen y con razón. La gala de los Goya de 2013 fue sin duda la más reivindicativa. No quedó títere con cabeza.  Desde el ministro de la Cultura José Ignacio Wert y los airosos reproches a los recortes, pasando por las actrices en paro (Candela Peña y sus encendidas palabras) hasta Eva Hache, la presentadora, quien se lamentó de la ausencia del príncipe de Asturias. “Él va a los partidos de balonmano con el daño que ha hecho el balonmano a esa familia”, dijo. Su chiste no gustó mucho a algunos.

Que te dejen con la palabra en la boca. Los largos discursos de los premiados suelen ser uno de los elementos contra lo que lucha la organización de la gala de los Goya. En 2004 se tomó la medida de bajar el micrófono después de los 30 segundos de rigor para cada discurso, provocando situaciones cómicas e incómodas. Belén Rueda, en sus agradecimientos por su Goya a Actriz Revelación por Mar adentro protestó por la medida, que dejó practicarse a lo largo de la gala.

Hacer amigos.  La alfombra roja de los Goya 2011 fue una de las más tensas que se recuerdan debido al enfrentamiento directo del entonces director de la Academia Álex de la Iglesia con la entonces ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. La tensión se palpaba en el ambiente. El choque de trenes se debía al empeño de ella de sacar adelante la llamada ‘ley Sinde’. Tal era el desencuentro que un día después de la gala y tras un entusiasta discurso a favor de Internet, De la Iglesia presentó su dimisión. (Foto: Gtres)

Darle el Premio a otro y no al ganador. Para bochorno el que pasó Adriana Ugarte, actriz tan de moda ahora por El tiempo entre costuras, cuando el pasado año le tocó leer los ganadores de Mejor Canción Original. Se equivocó de tarjeta y cuando el equipo de Los niños salvajes se acercaba eufórico al escenario se dieron cuenta del error. Lo enmendaron diciendo que era para Blancanieves, pero el daño ya estaba hecho. Nunca un triunfo en los Goya había durado tan poco.

Un premio a la banda sonora de una peli sin música. La primera gala de los Premios Goya en 1987, la única a la que han asistido los reyes, no estuvo exenta de polémica: 'El disputado voto del señor Cayo'fue nominada a la Mejor Música siendo un film sin música original. Finalmente los gallegos Milladoiro se llevaron el cabezón por La mitad del cielo, que les entregaron Sara Montiel, pelirrojísima y de lo más exuberante; el productor Emiliano Piedra y el maestro Carmelo Bernaola, quienes fueron incapaces de pronunciar correctamente el nombre de los ganadores.

Llamarse  Almodóvar. Desde 1991 cuando obtuvo 15 nominaciones y ningún Premio por Átame, el cineasta manchego Pedro Almodóvar no ha tenido más que disgustos.De hecho, en 2005 él y su hermano se dieron de baja. En 2010 el director apareció en el escenario para entregar el premio a la Mejor Película. Lo hacía por sorpresa, nadie le había visto hasta entonces ya que se encontraba oculto en un hotel próximo al auditorio. “Estoy aquí porque tenéis un presidente muy pesao, ha insistido hasta la saciedad”, dijo Almodóvar refiriéndose a Álex de la Iglesia.

Tocar las narices… ¡A la iglesia! En 2008, Alberto San Juan puso la nota reivindicativa de la noche al recoger su premio al Mejor Actor por su papel en Bajo las estrellas y dedicárselo a su madre, su padre, a su compañía teatral Animalario y a la “disolución definitiva de esa cosa que se llama Conferencia Episcopal".

Hacerse el chulo. La compra de unos trajes con dinero público obligó a Pilar Miró a dimitir como presidenta de RTVE. La directora no dejó escapar la oportunidad cuando subió al escenario de la gala en 1989 para entregar el premio a Mejor Guión diciendo lo siguiente: “Según algunos listos, mejor hubiera sido que yo entregara el galardón al mejor vestuario”.

Que no te inviten. En ocasiones la seguridad de los Goya deja mucho que desear. ¿La prueba? EL Rosario de indignados que se cuelan. El más reciente fue ‘El Muletilla’ el año pasado, que se coló en la ceremonia mientras Isabel Coixet recogía su premio al Mejor Documental por ‘Escuchando al juez Garzón’. Quería hacer el primer 'western' extremeño. El Muletilla seguía  Jimmy Jump, ‘saltador’ profesional, quien la edición anterior subió al escenario antes de que se entregase el premio a Bardem por ‘Biutiful’.

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