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Cultura

Picasso, el genio que también pintaba en el baño

’Pablo Picasso en la bañera’, tomada el 8 febrero 1956, se exhibió en Málaga. © David Douglas Duncan 2011

Era incontrolable. Pintaba en cualquier parte. Y así lo demuestra no sólo por los más de siete estudios que tuvo, sino por la abundancia de su obra. Picasso se convierte de nuevo en protagonista de la temporada expositiva con la gran muestra que dedica la Fundación Mapfre al artista malagueño, en la que se recorre su obra a través de los distintos estudios en los que trabajó y vivió.

Picasso en el taller, que se inaugurará el próximo día 12, hará que el artista vuelva a conquistar Madrid después del gran éxito que logró la muestra Picasso. Tradición y vanguardia, que el año 2006 organizaron conjuntamente el Museo del Prado y el Reina Sofía. En ella es posible ver todas las facetas del artistas, que pintaba en todos lados, incluyendo el baño o la cocina.

Se trata del Picasso más oculto, el menos conocido. Maite Ocaña, comisaria de la exposición, ha querido reflexionar sobre "la perseverancia de Picasso en unos temas que van y vienen y que van haciendo la evolución estilística hasta llegar al inconfundible estilo Picasso", a través de 80 pinturas, 60 dibujos y grabados, 20 fotografías y más de una decena de paletas del artista, procedentes de colecciones públicas y privadas.

Picasso en el taller muestra la faceta más oculta del pintor.

Entre el Autorretrato con paleta de 1906, con el que se inicia el recorrido y el también autorretrato Hombre en el taburete realizado en 1969 y el cual solo se ha exhibido una vez en el Palais des Papes de Aviñón en 1970, en el que aparece el pintor, sin edad, sentado en un taburete con pantalones rojos de rayas, se sucede toda una trayectoria marcada por el trabajo en sus diferentes talleres.

El taller de Picasso "es el escenario donde el artista se mueve, donde transcurre gran parte de su vida; recintos interiores en los que, mediante experimentaciones sin límite, fragua la cristalización de sus sueños", señaló la comisaria. En un paseo por estos sancta sanctórum en los que se produjo el milagro de la obra de Picasso se puede apreciar cómo el tema del estudio fue determinante en sus grandes series y cómo la relación del pintor con su taller fue una de sus grandes preocupaciones.

La muestra reúne 80 pinturas poco conocidas, 60 dibujos y grabados y 20 fotografías.

Los del Bateau Lavoir, el Boulevard de Clichy, el Boulevard Raspail, La Boétie, Boisgeloup, La Californie (Cannes) o Mougins fueron los "paisajes interiores", como los llamaba el propio artista, que representan la crónica de las variaciones estilísticas e iconográficas de Picasso.

La primera parte de la exposición se centra a partir de 1919. "En Saint-Raphaël experimenta con naturalezas muertas frente a la ventana, y de ahí surgen ejercicios que recogen experiencias cubistas anteriores. Son bodegones en los que se confrontan el cubismo y el naturalismo". Su cuela, además, el Picasso biográfico. La aparición de Marie Térèse Walter en su vida le lleva a la creación de sus más delicadas y sensuales pinturas. A partir de entonces, la relación del artista con la modelo se convierte en un género en la obra de Picasso.

Tuvo muchos estudios, varios en París, otro en Cannes. Fue prolífico, incansable.

En los años de la guerra, en el taller Grands-Augustins, donde Picasso pintó Guernica, creó "unas obras de una fuerza enorme que reflejan la angustia por lo que está pasando en el mundo y transmiten preocupación y angustia", valoró Maite Ocaña, quien recordó que también son momentos de dolor para el artista por la muerte de su madre.

Muy diferentes son los momentos que vivió en la Costa Azul. Tras su separación de Françoise Gilot, realiza una serie de dibujos que representan al pintor y la modelo y la obra de arte frente al público. "Son dibujos en los que aflora el sentido del humor de Picasso y que fueron publicados bajo el nombre de 'Suite Verve'"

Pablo Picasso pintaba en todas partes, incluso en la cocina o en el baño.

Parte especialmente importante es la dedicada a El pintor y la modelo, con obras realizadas a partir de 1960. Es la época en la que el artista trabaja en su taller de Mougins, cuando "con una fuerza arrolladora el tema del pintor con la modelo explosiona de una forma increíble", según Maite Ocaña. La muestra ilumina elementos esenciales de la obra del malagueño:  la paleta, la modelo, el cortinón que enmarca el espacio y el pintor, que es el propio Picasso que a lo largo de su trayectoria se identificó con muchos de los personajes de sus obras, como el escultor, el toro, el minotauro o el bufón.

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