Caterham abre lista de pedidos para el nuevo Seven 160

Fue el mayor distribuidor del Lotus 7 en los años 60 y, cuando la marca desapareció, Graham Nearn adquirió a principios de los 70 los derechos para continuar fabricándolo y mantener así en el mercado uno de los deportivos más admirados del momento. Hoy en día sigue siendo una marca altamente especializada en este nicho de modelos, fabricando en Inglaterra su actual gama.

Y a ella se añadirá a partir de enero el nuevo Seven 160, del que la marca inglesa abre ahora su lista de pedidos, con un precio al cambio de algo más de 17.000 euros. Sin duda todo un atractivo para disfrutar de un modelo único, muy especial y diseñado simplemente para disfrutar de la conducción.

Apenas pesa 500 kilos y tiene sólo 80 CV, pero las sensaciones de conducción serán sin duda muy diferentes a todo

Y para ello, se ha trabajado a fondo en el Seven 160, estrenando de entrada un nuevo motor de tres cilindros de origen Suzuki, con sólo 660 centímetros cúbicos dotado de un turbocompresor que le permite desarrollar 80 CV de potencia. Gracias a un peso total por debajo de los 500 kilos, es capaz de llevar al Seven 160 a pasar de 0 a 100 km/h en apenas 6,5 segundos y de alcanzar una velocidad máxima cercana a los 170 km/h. Una capacidad de aceleración que, unido a unas dimensiones marcadas por la escasa altura, harán las delicias de quienes se pongan a sus mandos. Aunque en enero se inicia su producción, las primeras unidades no se entregarán hasta finales del mes de marzo.

El pequeño propulsor está asociado a una caja de cambios manual de cinco relaciones, y es capaz de girar, como buen deportivo, por encima de las 7.000 revoluciones. Gracias a los  buenos valores de par —sus 107 Nm llegan desde apenas 3.400 rpm—, combinará la suficiente viveza a bajo y medio régimen con una capacidad de estirada necesaria para ofrecer altas dosis de deportividad en su respuesta. Unas sensaciones que buscan recuperar la esencia de los primeros Lotus 7 de los años 50, con un puesto de conducción situado casi a ras de suelo y una pequeña capota de lona para los días más adversos.