Fiat celebra las cinco décadas del 500 con una edición muy especial

Después del modelo original lanzado en 1936 y tras finalizar la segunda guerra mundial, Fiat retomó con fuerza el desarrollar un modelo que dinamizase las ventas de automóviles en Italia y que contribuyera a motorizar con celeridad a todo un país necesitado de ello... y a precio económico. Del esfuerzo de la marca nacía así en 1957 el Nuovo 500, un modelo que reconocía su origen, basado en el original de dos décadas atrás pero con muchos cambios importantes, entre ellos el motor situado detrás y la tracción también a las ruedas traseras.

Salió al mercado en el verano de 1957 y destacó rápidamente por sus recortadas dimensiones y por su pequeño motor de sólo dos cilindros, 473 centímetros cúbicos y 13 CV de potencia, aunque poco después se mejoraría ligeramente para llegar hasta los 15 CV y permitir una velocidad máxima de 90 km/h. Un año después, el motor ganó en cilindrada hasta los 499 centímetros cúbicos y en potencia, hasta los 21 CV, lo que mejoró la velocidad alcanzando ya los 105 km/h.

Nació en 1957 y, 57 años después, llega este `500 1957 Edition´ de estética retro

Y tras triunfar ya en pleno siglo XXI en Europa el reeditado Fiat 500 y aprovechar la buena acogida que ha tenido en un mercado poco dado a este tipo de modelos como el estadounidense, Fiat ha desarrollado una versión del 500 conmemorativa de aquel lejano 500 de los años ´50, un modelo bautizado precisamente como Fiat 500 1957 Edition, que cautiva a primera vista por su estética retro con colores similares a su antecesor y cargado de detalles que le identifican rápidamente con el Nuovo 500 de hace más de cincuenta años. 

Está basado en el actual 500 Lounge, y en su estética identificamos rápidamente unas llantas muy particulares con un diseño similar al del original, pintadas en el mismo tono azul que la carrocería, con el borde en blanco y en emblema de Fiat en el centro. El techo en blanco al igual que los retrovisores exteriores logran ese efecto visual que lo asemeja, y mucho, al modelo de hace cinco décadas. En el interior destaca el empleo de cuero para los asientos, el volante o palanca de cambios, cubriendo también los reposabrazos de las puertas y la parte superior del salpicadero. La tonalidad blanco marfil del volante y el salpicadero contrasta con el marrón del cuero, logrando un efecto visual de aire retro pero sin duda muy elegante.

Y a diferencia del original, bajo el capó -en este caso delantero- monta un motor 1.4 de cuatro cilindros y 100 CV que le permite superar los 180 km/h. Falta sólo por saber si podremos disfrutar de este modelo tan especial a este lado del Atlántico, pues aunque inicialmente se ha presentado sólo para el mercado norteamericano, su buena acogida podría acabar por convencer a los responsables de la marca de su lanzamiento ya en 2014 también en Europa.