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España

Interior "movió ficha" tras las advertencias de un mediador de ETA

Las advertencias e informaciones que Ram Manikkalingam, miembro de la Comisión Internacional de Verificación, trasladó a sus interlocutores en su reciente visita al País Vasco pueden ser el origen del precipitado anuncio del Plan de Reinserción de presos terroristas por parte del Gobierno, según confirman fuentes de la lucha contra ETA.

Manikkalingam, natural de Sri Lanka y profesor en la Universidad de Amsterdam participa en el grupo de Verificación creado a raíz de la declaración de ETA de un alto el fuego "permanente" el pasado 10 de enero. Experto en "procesos de pacificación" internacionales, siempre se emuestra prudente y diplomático, y con mucho menor afán de protagonismo que su colega sudafricano Brian Currin y su Grupo Internacional de Contacto, uno de los numerosos entes de visitadores y mediadores que pululan por el escenario vasco desde hace ya años. Currin había asegurado, durante su último paseo por Bilbao, que ETA ya no existe como "organización armada", motivo por el cual el Gobierno español debía mover ficha especialmente en el frente de los presos.

Mucho menos trascendió de la visita del prudente Manikkalingan del pasado 17 de abril, aunque se sabe que mantuvo discretos contactos con dirigentes nacionalistas y del socialismo vasco a quienes les trasmitió las exigencias y amenazas de la banda terrorista en el caso de que el Gobierno español no cumpliera con algunos de los acuerdos establecidos con la administración de Rodríguez Zapatero. "El Gobierno del PP debe hacer algo, y pronto, si no quiere que se desmorone el proceso", fue el mensaje recibido según informan fuentes de la lucha antiterrorista.

Reagrupamiento de presos y legalización de Sortu, de cara a las elecciones vascas del año próximo, son las principales reivindicaciones del frente batasuno, urgido asímismo por los cabecillas de la banda, que se mostraban últimamente muy inquietos ante la inacción del Gobierno de Mariano Rajoy. Transcurridos cuatro meses desde el anuncio de "alto el fuego", la banda esperaba signos ostensibles de que se cumplía con algunas de sus reivindicaciones, lo que acaba de ocurrir con el mensaje enviado desde el Gobierno al poner en marcha un inopinado Plan de reinserción de presos terroristas que ha descolocado inicialmente a las asocdiaciones de víctimas y hasta a algunos dirigentes del Partido Popular, como Mayor Oreja e Iturgáiz que se han mostrado muy críticos con la iniciativa. "El paso lo tiene que dar ETA, desarmándose y disolviéndose. No el Gobierno", han manifestado desde la AVT.

Es un gesto, escaso, pero un gesto, se ha escuchado desde la denominada familia abertzale. El diario "Gara", su órgano de expresión, llegó a escribir, después de censurar ampliamente la medida del Gobierno, que, pese a todo, "el elefante se ha movido".
Pese a que hace tan solo dos meses se escuchaba aún en medios del Gobierno del PP que "no habrá más acercamientos hasta que ETA se haya disuelto" y pese a los raquíticos resultados de la denominada "vía Nanclares" de petición de perdón y arrepentimiento por parte de los presos etarras antes de ser acercados a cárceles del País Vasco, el ministerio del Interior de dirige Jorge Fernández Díaz ha dado este paso "ambicioso" que busca romper la cohesión en el irreductible grupo de los más de quinientos presos etarras que penan sus condenas en las prisiones españolas.

Mariano Rajoy ha asegurado, tras darse a conocer la nueva medida a través de una información de la agencia Efe, que "el Gobierno no ha cambiado ni va a cambiar su política antiterrorista". No todo el mundo lo ve así ya que el propio departamento de Interior la ha dado a conocer como una auténtica novedad. Y lo es. El programa entreabre las puertas a los presos etarras para que accedan con más facilidad a las prisiones del País Vasco. Hay que recordar que desde hace un año las competencias en sanidad penitenciarias fueron trasferidas por parte del Gobierno de Zapatero al Gobierno vasco, detalle de enorme importancia de cara al futuro de los reos terroristas.

Las advertencias del verificador Manikkalingam, unidas a las sugerencias aportadas días después por Alberto Spektorowski, miembro del Grupo Internacional de Contacto de Currin en esa misma línea, pueden haber influido en el sorprendente paso anunciado por el ministerio del Interior. Cierto que la banda está muy debilitada, pero, como señalaba recientemente un informe de Europol, sigue reclutando activistas y continúa pertrechándose en suelo francés. Un elemento descontrolado dentro del complicado puzzle vasco de cara a los comicios del año próximo.

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