El Gobierno recortará los ‘macropuentes’ tras la fiesta del 1 de Mayo

En su discurso de investidura, allá por diciembre, Mariano Rajoy prometió que reduciría los macropuentes trasladando a lunes los días festivos que caigan a mitad de semana. Poco después, el 10 de enero, pactaron eso mismo la patronal y los sindicatos. Pero después el Gobierno se olvidó del asunto.

El olvido terminará tras el próximo macropuente, el del Primero de Mayo. Cuando pase –en la Comunidad de Madrid es fiesta el 2 de mayo y las vacaciones pueden alargarse hasta cinco días-, Rajoy cumplirá su promesa: abordará la reducción de las festividades. Para ello, el PP recogerá la propuesta de Cepyme y CEOE, y no la de los agentes sociales del 10 de enero (que se parece mucho), según ha podido saber este medio.

Dicha propuesta emplaza al Ejecutivo a negociar varias fiestas: 15 de agosto (Asunción de la Virgen), 1 de noviembre (Todos los Santos) y 6 y 8 de diciembre (Constitución e Inmaculada). Los tres caerían en medio de la semana y tendrían que negociarse con la Santa Sede, al estar fijados por Concordato. El plan de CEOE puede también afectar al 1 de mayo, pero esto es harto improbable: los sindicatos se negarían de plano a cambiar su día y además se trata de una fiesta con carácter internacional. De hecho, el próximo Primero de mayo es la fecha escogida por las centrales para manifestarse contra la reforma laboral. 

CCAA y Aytos. pierden potestad

No se tocan otras fiestas, como las navideñas, el día de la Hispanidad (12 de octubre), Semana Santa... La propuesta, dicen en el Gobierno, nunca salió de la agenda de Rajoy, pero se retrasó porque en el entorno del presidente entendían que otras reformas tenían prioridad. 

Aparte del traslado de festivos a lunes, otra de las propuestas de CEOE que parece haber calado es prohibir a las Comunidades Autónomas y a los Ayuntamientos trasladas a días laborales los festivos que caigan en fin de semana. Las entidades locales y regionales perderían, así pues, esa potestad. El presidente de la patronal, Juan Rosell, tachó en su día de “escandaloso” el hecho de que España perdiera tantos días de trabajo con los puentes.