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España

La crisis deja el Plan Hidrológico Nacional en dique seco

No parece que el Plan Hidrológico Nacional vaya a ser una realidad esta legislatura. Incluso antes de conocerse la pasada semana el tijeretazo del 40 por ciento en inversión pública que anunció el ministro de Economía y Administraciones Públicas, Luis de Guindos, el PHN, "resucitado" por Miguel Arias Cañete, nace tocado de muerte. La crisis económica cercena cualquier posiblidad de sacar adelante nada que se aproxime siquiera al proyecto que se aprobó en la segunda legislatura de José María Aznar, según han indicado fuentes gubernamentales a Vozpópuli, y que el Ejecutivo socialista se apresuró a derogar en cuanto José Luis Rodríguez Zapatero aterrizó en Moncloa, cargándose en el minuto uno el trasvase del Ebro.

El Plan Hidrológico Nacional necesitaría una inversión de unos 9.000 millones de euros, tal y como calcularon las principales empresas constructoras del país cuando el titular de Agricultura sacó la cuestión en su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados. El pasado 1 de febrero afirmó que habrá un "nuevo Plan Hidrológico Nacional" destinado a garantizar el suministro de agua en "calidad y cantidad suficiente", de forma "integral y solidaria" para toda España dentro de un pacto nacional del agua. Lo cierto es que los técnicos del Ministerio fueron los primeros sorprendidos por el anuncio, conscientes de que no hay posibilidad de abordar un proyecto de esa envergadura con las arcas vacías.

Pero ni siquiera ese, con ser el principal, es el único problema. España debiera haber culminado en 2009 el llamado plan de cuencas, trasposición de una directiva europea que obliga a los países de la Unióna hacer un diagnóstico exacto de la situación de cada una de nuestros ríos, tanto desde el punto de vista medioambiental como de gestión. Bajo la denominación Directiva Marco del Agua, Agricultura cree que puede tener culminado este estudio para dentro de dos años, y abordar a partir de ese punto el nuevo Plan Hidrológico, pero incluso con esa "moratoria", el PHN es casi considerado una entelequia imposible de poner en marcha en esta legislatura.

Arias Cañete ha ido poco a poco bajando el tono aunque sin admitir las dificultades de una empresa que lleva camino de quedar en dique seco. El pasado día 2, durante la primera reunión del Consejo Asesor de Medio Ambiente ya explicó que “un plan serio tiene que tener los de las demarcaciones con anterioridad”, de modo que acabó admitiendo que el PHN “no es inminente” porque “hay muchas incógnitas que tenemos todavía".

La crisis deja en el camino una de las grandes obras de infraestructuras que abordó el gobierno de José María Aznar en 2001 con el trasvase del Ebro como eje fundamental. Al PHN se unen tres proyectos del AVE que sufrirán retrasos inmediatos: el del AVE a León, el de Pajares y, previsiblemente, también el AVE a Galicia. Algo parecido pasará con las carreteras la A-7, la A-8 y la S-20. Tampoco en ese caso se habla de cancelaciones sino de retrasos, aunque mucha debiera ser la recuperación económica en la esegunda mitad de legislatura como para que se retomaran estos todos estos proyectos. A todo ello se une la guerra que el agua provoca entre las regiones de España, fundamentalmente entre las Comunidades con cuencas excedentarias, esto es, Castilla-La Mancha y Aragón, y las deficitarias, Valencia y Murcia principalmente.

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