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Shanghái se convierte en el primer gobierno local chino en emitir bonos

En concreto, son bonos a tres años por valor de 3.600 millones de yuanes (410 millones de euros, 567 millones de dólares) y a cinco años por valor de otros 3.500 millones de yuanes (399 millones de euros, 552 millones de dólares).

Los gobiernos comprendidos en el programa experimental son los de las ciudades de Shanghái (este) y Shenzhen (sureste), los principales polos económicos del país y sedes de sus dos bolsas de valores, y en torno a ellas, las provincias de Cantón (sureste), donde está Shenzhen, y Zhejiang (este).

Esta última provincia es una de las más desarrolladas y dinámicas del país, además de la cuna de su sector privado, cuenta con uno de los grandes puertos chinos, Ningbo, y con centros industriales como Yiwu y Wenzhou, donde ha estallado recientemente una grave crisis de deuda pública derivada de la financiación informal de empresas.

De hecho, en parte el objetivo del programa experimental de emisión de bonos es evitar que esa crisis se extienda a otras provincias y evitar riesgos similares.

La prestigiosa revista económica "Caixin", que hace tres semanas adelantó con exactitud el monto de la emisión de bonos de Shanghái, reveló entonces que Shenzhen emitiría 2.200 millones de yuanes (250 millones de euros, 344 millones de dólares).

Según sus cifras, la provincia de Cantón emitirá bonos por valor de 6.900 millones de yuanes (784 millones de euros, 1.081 millones de dólares), y Zhejiang 6.700 millones de yuanes (761 millones de euros, 1.049 millones de dólares).

Los mecanismos financieros puestos en marcha por los gobiernos locales en todo el país desde el inicio de la crisis financiera en otoño en 2008 han provocado una deuda total de todas las autoridades locales del país de unos 10,7 billones de yuanes (1,2 billones de euros, 1,7 billones de dólares).

Esta cifra equivale al 27 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de China en 2010, según cifras oficiales.

La mayoría de estos mecanismos utilizados fueron a proyectos de construcción que relanzaran la economía interna del país, y ahora Pekín espera que la emisión de bonos pueda ayudarles a cumplir con las obligaciones contraídas.

Si China aumenta los tipos de interés en su lucha contra la inflación, las autoridades locales tendrán que pagar billones de yuanes adicionales en intereses, lo que podría dañar muy seriamente el sistema bancario nacional, advirtió la Corporación Internacional de China, el principal banco inversor chino.

A esto se suman posibles problemas locales de deuda pública como los que ya afronta la ciudad de Wenzhou, causados por el abuso de los préstamos informales de particulares, incluso por parte de altos funcionarios, a los cada vez más numerosos pequeños y medianos empresarios que no consiguen más créditos bancarios.

Muchos de ellos se han visto ahora incapaces de devolver lo prestado, con intereses, casi siempre, muy superiores a los de los bancos, y al menos unos 80 han huido (también ha habido algún suicidio entre éstos empresarios).

Desde que Pekín estrechó su control monetario en 2010 para combatir la inflación, los préstamos privados informales se han disparado aún más, ya que los bancos estatales, con instrucciones de prestar sólo hasta donde se lo permitan los fondos que tienen en depósito, desconfían a la hora de dar crédito a pequeñas empresas.

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