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España

Rajoy sepulta hoy ante Obama la diplomacia tercermundista de Zapatero

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, junto a Mariano Rajoy.

La casualidad de un encuentro en el gimnasio del hotel surafricano entre Obama y Rajoy propició la visita. Dos largos años de esforzadas gestiones por parte de los "fontaneros" de García-Margallo y de la Moncloa no habían avanzado ni un paso. La Casa Blanca parecía inaccesible al presidente del Gobierno español. Nadie entendía muy bien el porqué. Finalmente Rajoy se topó con Obama en la sala de ejercicios del hotel, donde también había una dama anónima, y allí, en solitario y en calzones, se gestó la entrevista. Pocos días después llegó la confirmación del departamento de Estado.

Salvo en los dos mandatos de José María Aznar, que visitó nueve veces la Casa Blanca, nunca han sido demasiado fluídas las relaciones entre Madrid y Washington. Ni con Adolfo Suárez, que como buen falangista era más bien "no alineado"; ni con Felipe González y su ditirambo con la OTAN; ni por supuesto con Rodríguez Zapatero, que tras ofender a la bandera estadounidense en un tic de progresismo adolescente cuando era líder de la oposición, traicionó a sus aliados al retirar aviesamente las tropas españolas de Irak. Relaciones necesarias pero complicadas. Rajoy es atlantista vocacional y pragmático convencido. Es este con seguridad su desplazamiento más deseado y más trabajado.

El Foro Económico de Davos es otra de las visitas previstas para este mes de enero por parte de Presidencia del Gobierno. Es la primera vez que Rajoy asiste a esta cumbre, donde se reúne la élite del mundo de los negocios y la economía internacional. Cuatro días después se trasladará a Roma para participar en el encuentro bilateral Italia-España, acompañado por al menos media docena de ministros.

Salvo en los dos mandatos de Aznar, nunca han sido muy fluídas las relaciones entre Madrid y Washington

Empresarios y realidad económica

Una hora está previsto que se prolongue esta mañana el encuentro entre Obama y su visitante español. El viaje tiene un perfil marcadamente económico. Tras su paso por la Casa Blanca, Rajoy visitará la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) donde conversará con su presidenta, Christine Lagarde, no siempre muy sensible a las cuestiones españolas. Repaso a la economía española y perspectivas de futuro en el libreto de la conversación.

El acto más importante del desplazamiento del jefe del Ejecutivo español será su intervención en la Cámara de Comercio de los EE.UU, donde acudirá acompañado de importantes empresarios españoles de compañías del IBEX y se encontrará con relevantes miembros del mundo empresarial y económico estadounidense. Trasladar a la primera potencia mundial la realidad actual de nuestra economía y la incipiente recuperación después de seis años de crisis y sufrimiento es el "leitmotiv" del desplazamiento.

Bases militares

La diplomacia española pretende recuperar la normalidad en sus relaciones con Washington, después de los ocho años infaustos del zapaterismo, que envió a España a la periferia del orden internacional y la alejó de la órbita atlántica. Se recuerda ahora aquella Alianza de Civilizaciones con la que el anterior presidente del Gobierno nos emparejó alegremente con Turquía. Por entonces el ministro español de Exteriores era Miguel Ángel Moratinos.

"Ni tan amigos como con Aznar ni tan enemigos como con Zapatero", comentan las fuentes del Palacio de Santa Cruz. Hay muchos asuntos entre España y Estados Unidos que funcionan muy bien. Y otros que habría que mejorar.

La presencia militar norteamericana en Rota y Morón es de enorme interés para el Pentágono. Los acuerdos para Morón prescriben precisamente a mitad de año, aunque nadie ve obstáculo alguno para su renovación. También Washington contempla con interés la influencia de España en Iberoamérica y la presencia estratégica hacia el Norte de África. La delegación española aprovechará estos contactos de alto nivel para abrirse algunas puertas en sus negocios.

Rajoy de esta forma desaparece prácticamente del panorama político nacional durante todo el mes de enero. A la vuelta de Roma se acercará a Barcelona donde el PP catalán celebra su convención. Y de allí, a finales de mes, tres días en Valladolid, para la Convención Nacional del partido, auténtica catapulta hacia las urnas europeas.

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