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España

Susana Díaz trama con los grandes del Ibex la caída de Pedro Sánchez

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, y la presidenta andaluza, Susana Díaz.

Algunos referentes del Ibex se han convertido durante la larga etapa de turbulencias que castigan al PSOE en los principales confidentes de la presidenta andaluza, Susana Díaz. Uno de los últimos encuentros ha tenido lugar a finales de este verano con el expresidente de Telefónica César Alierta y ambos abordaron en él las posibilidades que hay de abrir el tapón político que arrastra España desde hace casi un año, retirada de Mariano Rajoy incluida.

Susana Díaz estuvo este miércoles en Madrid con una agenda secreta, la víspera de conocerse la petición de la Fiscalía para Griñán y Chaves

El presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, Isidro Fainé, es otro de los interlocutores preferidos de Susana Díaz para desahogarse en privado. En ocasiones han llegado a cruzar las confidencias en un céntrico piso del centro de Madrid que fue utilizado en el pasado por Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol y exmiembro del consejo de CaixaBank. La presidenta andaluza suele aprovechar también los contactos de Pulido para completar su agenda en Madrid, donde mantuvo también algunas reuniones privadas el pasado miércoles, la víspera de que se conociera la petición de las Fiscalía de seis años de prisión para el expresidente de la Junta José Antonio Griñán y diez de inhabilitación para su antecesor, Manuel Chaves. Recién llegado este jueves a Madrid, Pulido desmintió a este periódico cualquier vinculación “con el mundo de la política, aunque en Sevilla me tomo cañas con la presidenta y no me escondo”.

A Pedro Sánchez le llegan de vez en cuando ecos de estas intrigas de la andaluza con importantes empresarios y banqueros, así como de las opiniones agridulces que vierten sobre él algunos de ellos. Los hay también que le tienen estima y han conseguido una buena química. Es el caso, por ejemplo, del nuevo presidente de Telefónica desde marzo, José María Álvarez-Pallete, muy al tanto de lo que esconde la política entre bambalinas en un momento tan delicado como el que vive España.

Según sus interlocutores, ni Alierta, ni su sucesor, ni tampoco Fainé, tienen claro después de hablar con unos y otros de qué color será el próximo Gobierno ni tampoco cómo acabará la reyerta interna dentro del Partido Socialista. Sí han conseguido, a partir de la información recibida en estos contactos, una instantánea fiable que puede resultar tan efímera como un suspiro: Rajoy no piensa retirarse, Pedro Sánchez vuelve a explorar concienzudamente la formación de un Gobierno con Podemos y los barones socialistas tienen miedo de rematarle porque dudan de sus fuerzas y, además, temen poner en peligro al propio partido.

Ferraz: una deslealtad hacia el secretario general

Desde Ferraz, se observan los movimientos de Susana Díaz, Alfredo Pérez Rubalcaba y los barones críticos como una demostración de profunda deslealtad hacia un secretario general que, lo repiten cien veces, fue elegido por la militancia. Hace semana y media, el brazo derecho de Díaz en Andalucía, Juan Cornejo, acusó a Sánchez de engañar a los españoles tanteando un pacto de Gobierno con Podemos y Ciudadanos. No recibió respuesta alguna, aunque era una acusación que podría haber salido sin matices del PP. Hace dos días, la portavoz adjunta del PSOE en el Congreso, emplazaba a Guillermo Fernández Vara a verter sus críticas a la dirección del partido en el comité federal y no ante los periodistas.

El actual presidente de Telefónica expresa una buena opinión del líder socialista

Rubalcaba, asumiendo el papel de director de orquesta del sector crítico, rompió su silencio en Facebook en apoyo del presidente extremeño, con estos argumentos: “Lo que no se puede ni debe hacer es insultarle, faltarle al respeto, atribuirle oscuras intenciones, incluso desmedidas ambiciones. Que lo hagan nuestros adversarios políticos me parece mal; que lo hagan compañeros del PSOE, atribuyéndose incluso la representatividad de nuestro partido me parece, además, lamentable. El PSOE es un partido que nació para defender la igualdad y la libertad de todos los ciudadanos; las dos cosas son inseparables. Ciudadanos entre los que están, por supuesto, nuestros compañeros de partido. Defender su libertad, también la de expresión, forma parte del ideario socialista”.

Después de Rubalcaba, abrieron fuego todos los que de una forma u otra se han retratado contra Sánchez, entre ellos el diputado Eduardo Madina, la exministra Carmen Chacón, la eurodiputada Elena Valenciano y la propia Susana Díaz, atentos también a las opiniones que periódicamente expresa el expresidente Felipe González. La última llegó desde Santiago de Chile y en ella pidió la cabeza de Sánchez, Rajoy, Pablo Iglesias y Albert Rivera. La falta de originalidad de este requerimiento ha sido interpretada por la mayoría de las federaciones socialistas como una señal de resignación ante unas terceras elecciones.

La mayoría de las federaciones del PSOE interpretan la purga política que pide Felipe González como una apuesta por terceras elecciones

“Estamos en un bucle perverso que puede hacerle mucho daño al país teniendo en cuenta la alta probabilidad de que el próximo Gobierno, sea del color que sea, nazca débil e incapaz de hacer frente a las principales reformas. Aquí nadie cede y que toda la ofensiva se centre en la caída de Pedro utilizando resortes ajenos al partido que influyen cada vez menos, me parece una grave irresponsabilidad”, apunta un alto cargo socialista alineado con el secretario general.

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