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España

Los planes de Rosell enfrían la relación entre CEOE y las Cámaras de Comercio

La CEOE sabe que Mariano Rajoy puede ser un interlocutor más asequible que Zapatero, como se comprobó ayer durante la sesión de investidura: el PP avanzó que, por lo pronto, acepta la propuesta de la patronal para modificar los puentes. Y en adelante, con la vista puesta en la nueva ley de Cámaras de Comercio, su presidente, Juan Rosell, quiere volver a influir en Rajoy. El dirigente desea una revisión del actual status quo para que las cámaras territoriales puedan delegar su representación en las distintas patronales.

Algo que no ve con muy buenos ojos el Consejo Superior de Cámaras (CSC), que preside Manuel Teruel. Desde esta institución defienden que se trata de dos órganos jurídicamente diferenciados –las cámaras están sujetas al derecho público, mientras que la CEOE funciona como un sindicato, con sus propios afiliados- y esperan que nada cambie con relación a esto. “Cada cámara tiene un órgano tutelar independiente por cada provincia o comunidad”, explican.

El rifirrafe llega cinco días después de que ambas partes firmaran un pacto de no agresión tras un último año complicado. El plan de Rosell no es despojar de sus funciones a las cámaras - formación profesional, prácticas de FP en las empresas, formación de formadores, internacionalización e innovación de las pymes, arbitraje interempresarial…- sino unificar la voz empresarial, como en Madrid (Arturo Fernández) o Asturias (Severino García, con la cámara de Oviedo). “Tenemos que evitar hacernos la competencia”, aseguran desde la patronal.

Supresión de la cuota cameral

Pero además de la oposición del CSC, hay otra cuestión de calado: las cámaras tienen 125 años de historia y fueron las principales impulsoras de la creación de la CEOE en 1977. En diciembre del año pasado se suprimió la cuota cameral obligatoria para las empresas. Y, finalmente, el presupuesto de las 85 cámaras ha caído de 280 millones en 2008 a 65 para 2012. Hay unas 15 provincias en las que la relación patronal-cámaras es manifiestamente mejorable, si acaso abiertamente mala.

Ninguna de las partes quiere levantar más polvo con esta batalla, pero nadie da su brazo a torcer. “Ni vamos a suplir a las cámaras ni éstas van a perder competencias”, señala un veterano de CEOE. Rajoy tiene la decisión.  

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