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Rosa Regàs: "Hay hombres que ven en las mujeres sólo madres, esposas, criadas o prostitutas"

En una entrevista concedida a la Agencia de Noticias Efe, la escritora Rosa Regàs emitió unas duras y contundentes declaraciones para condenar el machismo que, a su juicio, persiste en la sociedad  actual. Para ella, ni el gobierno, ni la escuela, ni los hombres ni las propias mujeres han hecho nada para cambiar una situación que mantiene al margen a miles y miles de mujeres. Ser mujer, para Regàs, es una desgracia. O mejor dicho, debería dejar de serlo.

¿Y a cuenta de qué dice Regàs todo esto? Pues en ocasión de la presentación de La desgracia de ser mujer, su último libro, un volumen en el que la escritora catalana intenta reflejar la realidad del 85% de las mujeres en el mundo, quienes día a día son víctimas del machismo imperante y hacia las que nuestra "privilegiada" sociedad se muestra "insolidaria",tal y como señala la autora.

"Faltan recursos que hagan cumplir las leyes aprobadas en los últimos ocho años en materia de igualdad y, también, mucha educación" comenta y, por eso, cree que "pasará mucho tiempo" hasta que "el machismo se borre de nuestra alma y nuestra piel".

La escritora cuenta en este libro su decisión de matricularse en Filosofía a los 23 años, cuando ya estaba casada y era madre de dos hijos, algo que no estaba bien visto ni por los hombres, ni por las mujeres."La historia no ha cambiado tanto, todavía hay mujeres para las que lo más importante es celebrar su boda y tener una familia y renuncian a la libertad económica y a la posibilidad de desarrollar una carrera profesional", señala.

Tampoco ha cambiado mucho la idea del amor romántico. "Las historias de amor de ahora son las mismas que me contaban a mí en los años 40 y 50, el cuento en el que la princesa renuncia a todo por su marido y sus hijos" y, por eso, la autora cree que persisten en muchas mujeres los remordimientos.

"Temen no estar a la altura en su papel de madre o esposa y creen que han de renunciar a su vida por la familia, cuando la renuncia debería estar sancionada por ley", dice sólo medio en broma. Regàs no renunció a realizarse profesionalmente, dice en la conversación reflejada por EFE. Fue fundadora de la editorial La Gaya Ciencia y ediciones Bausán, traductora para Naciones Unidas en Ginebra, Nueva York, Nairobi, Washington y París y escritora de entre otras obras "Azul", reconocida con el Premio Nadal en 1994.

"No creo que ningún hijo quiera que su madre renuncie a su vida por ellos, ni que tener una carrera profesional implique abandonar a los hijos. Yo no abandoné a los míos", dice orgullosa.En este sentido, Regàs considera una "ventaja" que las mujeres estén en el mundo laboral para poder exigir un horario que les permita dedicarse a otra de sus grandes "vocaciones": los hijos.

Pero si todavía hay hombres que sólo ven en las mujeres "madres, esposas, criadas o prostitutas", dice la escritora, en materia de creación los hay que "no nos ven de ninguna manera".También lo aprecia en el arte contemporáneo. "Las mujeres lo tienen más difícil porque no están en los centros de poder, no figuran en los jurados que fallan los premios o dan el acceso para ingresar en instituciones culturales".

En el año 2004 Regàs también fue nombrada directora general de la Biblioteca Nacional, cargo en el que se mantuvo hasta 2007, aunque recuerda que en tres siglos sólo siete mujeres han accedido a la Real Academia Española de la Lengua.

"Estoy a favor de la discriminación positiva porque hay ámbitos tradicionalmente dominados por el hombre en los que a una mujer le resulta enormemente difícil entrar. Otra cosa sería si se hubiese alcanzado la normalidad", señala.En esta batalla por la igualdad, Regàs considera fundamental el papel del hombre, cuya evolución le hace concebir y mantener la esperanza de que cada vez se unan más a la lucha por la igualdad de género.

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