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España

El delito no da votos: los partidos pasan de puntillas por la lucha contra el terrorismo y la criminalidad

Imagen de archivo de la detención de un presunto yihadista por parte de la Policía.

El terrorismo y la delincuencia no 'venden'. Al menos, en campaña electoral. Los programas de los cuatro partidos que encabezan las encuestas -PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos- recurren a generalidades y concretan pocas propuestas sobre cómo sería su política de seguridad si consiguieran el poder. De ETA sólo habla el PP, mientras que el yihadismo ocupa un espacio pequeño pese al impacto mediático de los últimos atentados cometidos en Francia. En delincuencia común, las ideas lanzadas son aún menos. Algo de lucha contra la trata de seres humanos, contra la violencia de género o el crimen organizado. Poco más. Sólo el combate contra la corrupción parece haber inspirado a los redactores de dichos documentos. Eso sí, ninguna formación se aventura a dar una cifra de cuánto costaría aplicar sus políticas. Un desinterés por concretar que tal vez tenga su explicación en las encuestas del CIS. Estas reflejan que en las listas de preocupaciones de los españoles tanto la violencia terrorista como la delincuencia han caído a los últimos años. Lejos quedan los últimos años de la década de los 80, cuando el 38,6% de los ciudadanos se mostraban preocupados por la inseguridad. Hoy, no llega ni al 3%. Algo similar ha ocurrido con la violencia etarra.

La delincuencia ha caído a los últimos puestos en las lista de preocupaciones de los españoles en las encuestas del CIS. Del 38,6% de los últimos años de la década de los 80, a menos del 3% en la actualidad

Si se busca la palabra "terrorismo" en los programas electorales, el del PP es la que más la repite. Cuarenta veces. En el extremo opuesto, Podemos, que sólo la cita una vez. El PSOE se queda en 17 menciones. Una diferencia que no sólo es numérica. Así, la formación conservadora habla de ETA de manera expresa, en lo que parece un guiño a esa parte de su electorado que durante la presente Legislatura le ha criticado por su supuesta tibieza ante la organización terrorista. No obstante, sus propuestas no van más allá de reiterar los mensajes que ha venido lanzando en estos cuatro años: lograr la disolución definitiva de la banda, que entregue la armas, que los etarras pidan perdón, seguir investigando los atentados sin resolver, el reconocimiento de "la insolidaridad y la angustiosa presión social que ha rodeado a las víctimas" y perpetuar la memoria y el recuerdo vivo de éstas últimas. En este último punto es donde lanzan la única propuesta concreta: crear un "Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo", por otra parte ya lanzado en estos años.

Sobre yihadismo, las propuestas son también poco concretas. Apuesta por 'abordar' lo que denomina "amenaza viva" de este terrorismo "con todos los mecanismos del Estado de Derecho". ¿Cuáles? Habla de impulsar "un programa especifico para potenciar el personal y los medios tecnológicos" de los expertos de la Policía y la Guardia Civil, y priorizar "el desarrollo del i+D en nuevas tecnologías" en este campo. Además, apuesta por impulsar la estrategia de prevención de la radicalización, un plan cuyos mimbres puso en su día el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que recientemente ya ha recibido un impulso del de Mariano Rajoy. Eso sí, vuelve a citar el Centro Memorial "como el más valioso instrumento de prevención". "Velaremos porque la dignidad de las víctimas quede reflejada y respetada en los monumentos erigidos en su nombre, y en la adecuada conservación de los mismos", concluye, en clara referencia a la reciente polémica sobre el mal estado del que se levantó en la capital por el 11-M. De el dinero para todo ello, ni una palabra.

El PSOE no menciona a ETA

El PSOE tampoco es mucho más concreto. Así, habla de "incrementar los efectivos dedicados a la lucha contra el terrorismo yihadista", de "reorientar la estrategia", de "reestablecer instrumentos jurídicos, policiales, educativos y sociales " y de "proteger a la ciudadanía y preservar la tranquilidad social". Su propuesta más llamativa es la restablecer el llamado Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA), un organismo de coordinación contra el terrorismo que se creó durante los Ejecutivos de Zapatero y que el PP fusionó con otro organismo similar de combate contra las mafias en lo que se conoce hoy como el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Aparte de ello, el resto de sus ideas se dirigen a la colaboración internacional, sobre todo dentro de la UE. Así, plantea una "estrategia política europea contra la radicalización y el terrorismo yihadista dotada de elementos para garantizar la seguridad, pero incluyendo también los aspectos de integración, educación, cohesión social, diálogo y financiación". Además, propugna "suprimir todas las fuentes de financiación", sin especificar más. A ETA, ni una mención expresa.

El PP es el único partido que menciona expresamente a ETA en lo que parece un guiño a esa parte de su electorado que le ha acusado de tibieza con la organización terrorista en estos cuatro años

Ciudadanos también pasa de puntillas y, como los otros, apuesta por propuestas genéricas. Entre ellas, la de "reforzar y brindar todos los medios posibles a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la lucha contra el terrorismo". En su programa también habla de "especialización" de los agentes en la detección temprana de las amenazas, de hacer estudios penitenciarios para potenciar la vigilancia del yihadismo en las cárceles. El partido de Albert Rivera también hace un guiño a las víctimas. Para ello, promete "impulsar la enmienda del Estatuto de la Víctima" para que "se concreten las especificaciones propias de las víctimas del terrorismo y su especial consideración institucional". También habla de una base de datos "actualizada y gestionada por un único administrador responsable" sin más concreción. Ni una cifra de la inversión necesaria para ello.

En el caso de Podemos, las propuestas son aún más vagas y dirigidas más a la acción internacional. Así, habla de cortas las vías de financiación y abastecimiento logístico del Estado Islámico, de neutralizar las redes de captación y adoctrinamiento y de potenciar la coordinación entre las Fuerzas de Seguridad del Estado con la unificación de sus bases de datos. Algo, esto último, que ya hace tiempo que se ha hecho en España. El resto de ideas de la formación de Pablo Iglesias mira más hacia el exterior. Propone reforzar a la sociedad civil en Siria e Irak y acabar con las guerras en estos países. También en este campo propone apoyar a las fuerzas democráticas en el mundo árabe y proteger a los refugiados. Poco más.

Crimen organizado y prisiones

Aún menos son las referencias en los programas de los cuatro partidos a la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado. Hay referencias a delitos concretos, como la trata de seres humanos y los crímenes de género, y alguna alusión a la delincuencia organizada, aunque sin propuestas más allá de las meras intenciones. Así, el PP recurre a la promesa de potenciar "las unidades dedicadas a su combate", aunque sin especificar el número de agentes en que se traduce dicha idea. El PSOE pone más el foco en la política penitenciaria para "volver al espíritu y la letra de la Constitución que prevé la reeducación y reinserción social como elemento esencial que debe orientar las penas privativas de libertad". Incluso habla de "desarrollar y consolidar" el régimen abierto para los reclusos "exceptuando internos especialmente peligrosos" como terroristas, agresores sexuales, condenados por violencia de género "y delitos económicos que creen alarma social". Además quiere hacer un estudio y seguimiento de los delitos de odio para crear una ley específica contra ellos.

En los programas de PP, PSOE y Ciudadanos se habla de reforzar las plantillas policiales que combaten el terrorismo y se incide en la coordinación, pero con pocas propuestas concretas y ninguna estimación de lo que costaría

Por su parte, Ciudadanos pone el foco en una "reforma del sistema policial" con la elaboración de una nueva Ley de Fuerzas y Cuerpos que establezca "con claridad la distribución de competencias" para adaptarla "a los distintos retos y compromisos, nacionales e internacionales". Quiere "evitar duplicidades" con las policías autonómicas y locales para "optimizar la prevención y los tiempo de respuesta" y, así, mejorar la "percepción subjetiva de seguridad" de los ciudadanos. Habla de base de datos unificadas, de coordinación y, sobre todo, de "mejores condiciones laborales" para los agentes "que iguale los niveles salariales y las condiciones de trabajo y de conciliación" de los mismos. Por su parte, Podemos se centra en la elaboración de "un Plan de Lucha contra la trata de seres humanos" para proteger a las víctimas y en crear "una oficina de información pública sobre problemas relacionados con la política criminal" dentro del que denominarían Centro Nacional para la Prevención del Delito. Muchas más referencias, como en el resto de formaciones, hace a la corrupción, pero este aspecto Vozpópuli lo abordará en un próximo análisis de esta serie.

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