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España

Comienza el juicio al ‘sheriff’ de Coslada: el policía que extorsionaba a empresarios y prostitutas

A la izquierda, Ginés Jiménez en una fotografía de archivo

Ginés Jiménez era un policía simpático para la prensa… hace algo más de diez años. Cuando tenía un momento libre llamaba a los medios, donde era muy conocido, y contaba la última persecución 'de película' en la que había detenido a ladrones de coches o traficantes de droga.

Los periodistas le escuchaban con agrado porque también contaba algunas otras cosas no relacionadas con su ciudad. Sabía qué era lo que interesaba al profesional e incluso las horas en las que una redacción estaba más tranquila por no tener la presión del cierre. En resumen, la prensa lo tenía calificado como un hombre listo y una ‘buena fuente’.

También era un policía simpático para sus propios compañeros jefes de policía municipal. Fue elegido presidente de la Federación de Asociaciones de Jefes de Policía Local de España y reelegido en 2006.

Sus compañeros de armas (guardias civiles, policías nacionales, policías municipales), y políticos relacionados con la seguridad tenían un magnífico trato con Ginés al que conocían como el simpático Ginés. Participaba periódicamente en una comida en la que compartían mantel las fuerzas vivas de la seguridad en Madrid.

El Congreso de los Diputados creó una subcomisión para estudiar la situación de las policías municipales hace algunos años. ¿Y a quién llamó para que diera una clase magistral? A Ginés Jiménez.

Era jefe de Policía de Coslada (84.000 habitantes) una ciudad dormitorio de Madrid. Había traspasado su territorio y era una personalidad dentro del mundillo de los municipales en plena fase de modernización del cuerpo.

Poco amigo de los empresarios y bares de copas

Había algunos rumores “si vosotros supierais,…”, “es un personaje,…”,… que intentaban mostrar la auténtica cara del jefe de Coslada. Decían que era simpático con la prensa y los compañeros, pero poco querido por empresarios y bares de copas nocturnas. Pero nadie hizo nada.

La denuncia de una mujer, harta de la presión, parece que hizo explotar la bomba de relojería de un hombre simpático que se convirtió en pocos minutos en presunto delincuente al que se le acumularon las denuncias.

Un día, el 8 de mayo de 2008, con gran sorpresa, fue detenido, por los que compartían mantel con él en esas comidas profesionales.  “Todo es por envidia de la Policía Nacional”, decía.

La Policía no sólo detuvo a Ginés. Otros veinticuatro policías de esa ciudad y dos de Madrid, cayeron en el ‘caso Coslada’ o ‘Caso Bloque’. También fueron detenidos su mujer, su hijo (agente en Madrid) y varios ciudadanos de origen rumano.

Los juzgados han tenido trabajo extra, pues Ginés Jiménez ha organizado una defensa con constantes recursos que ha retrasado hasta diez años el inicio de un juicio que debería estar ya sentenciado. En este tiempo el jefe interpuso demandas hasta por llamarle el ‘sherif’ de Coslada.

Un año en prisión

Jiménez estuvo en la cárcel cerca de un año y a la salida se pasó, una vez más, de frenada. Fue detenido por coaccionar a una de las testigos del caso. La Audiencia Provincial de Madrid confirmó en marzo de 2015 la condena a un año y medio de cárcel por coaccionar a una de las personas que habían declarado contra el funcionario.

La Fiscalía, después de casi diez años de trámites, pide para Jiménez 26 años por liderar una organización ilegal a la que acusa de  delitos relativos a la prostitución, a la omisión del deber de perseguir delitos, de cohecho, de extorsión, de amenazas condicionales, de blanqueo de capitales y de depósito y tenencia ilícita de armas. Se les acusa de extorsionar, en algunos casos pistola en mano, a comercios y bares de copas.

Algunos de los detenidos en las primeras semanas quedaron libres, pero el próximo lunes se sentarán en el banquillo, además del exjefe de Policía, su mujer, su hijo, y tres ciudadanos rumanos relacionados con la prostitución y otros seis agentes de la localidad.

Además de los 26 años, la Fiscalía pide para Ginés la inhabilitación para el ejercicio del cargo, dos multas que suman 130.000 euros y el embargo de una cuenta bancaria, de 23.410 euros incautados en su casa y de una vivienda comprada por su mujer.

En el escrito de acusación se afirma que se había creado una organización "para vulnerar el ordenamiento legal movido por intereses personales en beneficio propio".

Actuaba "de manera abusiva y arbitraria"

Actuaba, según informa Efe, "de manera abusiva y arbitraria" para "condicionar la tramitación de licencias y autorizaciones", amenazando con "inspecciones continuas y acoso del aparato policial".

Los extorsionados debían acudir a la oficina del jefe de la Policía, mientras que él iba a los establecimientos a consumir gratis y a utilizar los servicios de las profesionales del sexo.

"No has venido a dar la gracias a la Policía, cuando si tienes abierto el bar es gracias a nosotros", era una de las frases preferidas por el jefe de Coslada.

Lo que se decían rumores sobre las hazañas de Ginés se convirtieron en acusaciones en los juzgados, con decenas de grabaciones y pruebas que ponen en una difícil situación al principal acusado del ‘caso Bloque’.

El fiscal pide para la esposa de Jiménez, Carmen Pérez Martínez, y su hijo Ginés cuatro años de prisión y multa de 100.000 euros. Les acusa de blanqueo de capitales por enriquecerse supuestamente de manera ilícita y utilizar el dinero para la compra de dos pisos y un coche y otros gastos diarios.

La Fiscalía pide dos años y seis meses para tres ciudadanos rumanos por un delito de prostitución. Controlaban y explotaban a varias mujeres en Vicávaro, un barrio de cercano a Coslada. Actuaban con un agente de esa ciudad al que el Ministerio Público pide dos años y ocho meses de cárcel y diez años de inhabilitación por cohecho. Acudía a ese polígono donde lograba servicios gratis de las prostitutas. Otros cinco agentes más están acusados de cohecho.

El lunes, el simpático jefe de policía de Coslada para la Prensa, los compañeros de otras ciudades e incluso los políticos se sentará en el banquillo en un juicio que está previsto termine en marzo.

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