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España

El PSOE resucita la pinza entre el PP y Podemos para apuntalar a Pedro Sánchez

Pablo Iglesias, líder de Podemos, el pasado sábado en la Puerta del Sol.

Felipe González le fue bien en la década de los noventa y ahora en el equipo de Pedro Sánchez se opina que también puede serle muy útil a su líder para ganar terreno y consolidarse como candidato. Se trata de jalear que entre el PP y un sector de la izquierda hay una especie de conspiración para frenar al PSOE, una pinza que ahora pondría a Podemos al servicio del Gobierno para impedir que Pedro Sánchez llegue a La Moncloa. La foto de la tarde del lunes en La Moncloa para sellar el pacto contra el terrorismo yihadista es un mero paréntesis obligado por los acontecimientos.

En el PSOE se recuerda que a Felipe González le fue muy rentable la explotación de la pinza entre Aznar y Anguita

Esta mercancía tan forzada se la han vendido al líder socialista algunos barones regionales en la conferencia celebrada durante este fin de semana en Valencia y Sánchez la ha comprado. Entre quienes más contribuyeron a auparle a la secretaría general también hace tiempo que sonaba esta música: el PP y “el nuevo Partido Comunista de Podemos” quieren ejercer una pinza sobre el PSOE como hicieron en los años 90 José María Aznar y Julio Anguita contra Felipe González. Gracias, en parte, a esta melodía González consiguió ganar, contra todo pronóstico, las elecciones de 1993 por un millón de votos de diferencia.

En el PSOE se admite que las diferencias entre una época y otra son enormes. Hace más de dos décadas, quedó demostrado que Aznar y Anguita se reunieron para crear esta alianza, algo que muchos años después ha terminado reconociendo con muchos matices el que fuera coordinador de Izquierda Unida. El propio Anguita ha relatado en un libro como el ahora presidente de honor del PP le emplazó, incluso, a apoyar una moción de censura contra González para desalojarle de La Moncloa, invitación que él desechó por considerarla desproporcionada.

Rajoy solo habla de Podemos y Pablo Iglesias del Gobierno

La tesis sobre la que se asienta ahora la teoría de la pinza es muy sencilla: el PP habría llegado a la conclusión de que fragmentando a la izquierda y ninguneando al PSOE, se perpetuará en el Gobierno. Puede ser altamente perjudicial para los socialistas asistir a una campaña en la que Mariano Rajoy solo hable de PodemosPablo Iglesias del PP y Pedro Sánchez, o quien le sustituya en el cartel electoral, quede en terreno de nadie. Después de lo sucedido en Grecia, la impresión predominante en el Partido Socialista es que el triunfo de Syriza y la polarización entre el PP y Podemos en España, ha metido a Sánchez en una trampa mortal que puede condenarle a la intrascendencia. La socialdemocracia helena gobernó su país la mayor parte de la década de los ochenta y los noventa, y ahora ha quedado relegada a 13 diputados y menos del 5% de los votos. Cunde el temor en el PSOE a que le pase lo mismo si en las próximas elecciones generales, sobre todo, se acentúa el declive del partido.

Sin una brújula que oriente de manera estable su estrategia, Sánchez ha decidido recurrir a la explotación de esta supuesta pinza que habrían creado el PP y Podemos para minar la potencia de tiro socialista en este ciclo electoral. La maniobra se alimenta de algunos datos objetivos, como por ejemplo la propaganda hecha por algunas televisiones generalistas a Pablo Iglesias o la alianza que José Antonio Monago ha tejido en Extremadura para evitar el acceso del PSOE al Gobierno regional, en este caso con Izquierda Unida. Sin embargo, que se sepa, Mariano Rajoy todavía no se ha reunido con Iglesias ni Podemos está en el Parlamento, diferencias claves con la experiencia que se vivió con Aznar y Anguita.

Los socialistas temen que el nuevo CIS dispare la ofensiva interna contra Pedro Sánchez

La cinta queda completa si se concluye que el resultado de las próximas elecciones generales puede estar condicionado, en parte, por la habilidad del PP para estimular el voto del miedo. El mensaje es también muy simple: la suma del PSOE y Podemos es igual a Frente Popular. En la medida en que desde el Gobierno y desde el PP se identifique el posible triunfo de los socialistas en las próximas legislativas con el riesgo de inestabilidad política, el votante de centro, que es el que siempre ha terminado inclinando la balanza hacia uno u otro lado, puede acabar escorándose masivamente hacia posiciones conservadoras. Eso explica la dura pugna que empieza a librarse por los cuatro millones de votos que pueden estar refugiados en la abstención, tres de ellos posiblemente recuperables por el PP si acierta en su campaña electoral y uno tentado de colocarse en brazos de Podemos.

Las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no reflejan todavía esta foto, aunque el barómetro que está a punto de publicarse sí confirma las serias dificultades a las que se enfrenta el PSOE para remontar entre su propio electorado y el fuerte empuje que sigue teniendo Podemos. El temor de los parlamentarios socialistas a que arrecie la tormenta sobre su líder es real y fundado.

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