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España

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias abordan su reunión como la última oportunidad para un gobierno del cambio

Pablo Iglesias, en primer término, y Pedro Sánchez durante la entrevista que mantuvieron el pasado 5 de febrero.

Las expectativas suscitadas por el anuncio de una nueva reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, después de que éste último rompiera la mesa a cuatro con Compromís e IU para intentar pactar un gobierno del cambio, empiezan a enfriarse a la vista de que uno y otro mantienen intactas sus posiciones. El encuentro, para el que este lunes aún no había una fecha cerrada, se celebrará presumiblemente el miércoles, según un portavoz del PSOE, ya que lunes y martes Pedro Sánchez se encuentra de visita en Canarias.

El objetivo de Pedro Sánchez, que ha cedido en su negativa inicial a mantener una reunión cara a cara con su homólogo de Podemos, es ampliar los 131 votos que obtuvo en su frustrada sesión de investidura (la suma de PSOE, Ciudadanos y la única diputada de Coalición Canaria) con el voto afirmativo de al menos PNV y Compromís, y conseguir la abstención de Podemos, lo que le permitiría imponerse al voto negativo del PP y del resto de formaciones de la cámara.

Sánchez accede a un cara a cara con Iglesias y éste acepta reunirse sin que el líder del PSOE haya roto su acuerdo con Ciudadanos

Pablo Iglesias, por su parte, ha rebajado su exigencia inicial de que el PSOE rompiera su pacto con Ciudadanos como condición inexcusable para sentarse a hablar, y ha accedido a hacerlo pese a que los socialistas defienden la vigencia del acuerdo. El líder de Podemos pretende que en el transcurso de las conversaciones se visualicen la incompatibilidad de sus propuestas con las de Ciudadanos y Sánchez se incline finalmente por un gobierno de coalición “a la valenciana” con Compromís e IU y que consiga, al tiempo, la abstención del partido de Albert Rivera. Única hipótesis que permitiría su investidura si no quiere contar con la abstención de los soberanistas catalanes.

Así las cosas, el encuentro es para ambos la última oportunidad para un gobierno del cambio y una operación de imagen, preocupados como están por no aparecer ante la opinión pública como responsables en última instancia de la repetición de las elecciones el 26 de junio. De la continuidad del encuentro a dos con otras reuniones bilaterales de los equipos de negociación y el desarrollo de éstas dependerá en última instancia que la balanza de la responsabilidad de la ruptura se incline de uno u otro lado si no hay acuerdo. Ambas formaciones reiteran en público que la repetición de los comicios el 26 de junio es el peor de los escenarios, el menos deseable, pero en privado reconocen que, salvo imprevistos de última hora, es la opción más probable.

IU: que se entiendan o digan en público que vamos a elecciones

IU, que en la anterior etapa negociadora, antes de la fallida sesión de investidura, hizo de muñidor de la mesa a cuatro, ha solicitado ahora entrevistas bilaterales con ambas fuerzas. Con los socialistas ya se vieron la semana pasada, pero está aún a expensas de que Podemos fije una fecha para el encuentro. El interlocutor de Alberto Garzón, portavoz parlamentario de IU, en estas cuestiones es Íñigo Errejón, que permanece “desaparecido” desde que la semana pasada el partido morado tuviera que enfrentar una crisis interna por la dimisión de diez miembros de la dirección de Madrid y la destitución fulminante del número 3 del partido. IU pretende explorar en estos encuentros la posibilidad de retomar la mesa a cuatro, consciente de que la viabilidad de la misma pasa porque PSOE y Podemos se pongan de acuerdo. Garzón emplazó este lunes a ambos a entenderse y que si no es posible digan en público que vamos a nuevas elecciones.

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