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España

El PSOE, nueva jaula de grillos: clima de congreso extraordinario mientras Pedro Sánchez recuenta sus apoyos

La presidenta andaluza, Susana Díaz, junto a altos cargos del PSOE malagueño.

Susana Díaz puede hacer una jugada maestra convocando elecciones anticipadas en Andalucía, a ojos de la mayoría de los barones regionales. Se ha reunido con la mayoría de ellos y ha coincidido en que este adelanto electoral solo tiene ventajas para ella: no corre el riesgo de que sea Izquierda Unida la que le marque la agenda e imponga las pautas en el Gobierno autonómico, pilla a Podemos sin haber fraguado una estructura estable en esta comunidad, coge al PP sin un líder regional consolidado y, por añadidura, toma la delantera a un secretario general de su partido, Pedro Sánchez, que anda todavía tanteando cómo elaborar un programa electoral que resulte creíble y atractivo mientras se escabulle de los periodistas para no hablar de la crisis que vuelve a golpear al PSOE.

La presidenta andaluza pilla a Pedro Sánchez sin programa electoral

Desde que Susana Díaz levantó el hacha de guerra y sugirió hace unos días su voluntad de acelerar el calendario electoral en Andalucía, son muchos los movimientos que se suceden dentro del Partido Socialista. Pero los más significativos, por su calado, parten de las conversaciones que la mayoría de los barones regionales están manteniendo con ella. Pedro Sánchez, a través de su secretario de Organización, el riojano César Luena, ha empezado a hacer un recuento informal de apoyos y se ha encontrado con que buena parte de los dirigentes regionales se refugian en la ambigüedad: no consideran lógico en estos momentos que se desate una nueva batalla interna antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, cita en la que muchos de ellos se la juegan, pero en caso de que las urnas propinen un nuevo batacazo al PSOE, respaldarían el aupamiento de Susana Díaz al frente del timón del partido. En resumidas cuentas, que es la presidenta andaluza la que sigue concitando mayores simpatías en las estructuras orgánicas para que represente a todo el partido a nivel nacional.

Pedro Sánchez, sin núcleo duro que le proteja

Los análisis que han empezado a hacerse dentro de la Ejecutiva son preocupantes para Pedro Sánchez. Para empezar, estos seis meses han revelado que no dispone de un núcleo duro para encarar una ofensiva como la que sufre ahora y que su equipo de confianza deja mucho que desear en áreas importantes. Un cargo tan clave para cualquier partido como la secretaría de Organización la ocupa alguien que respaldó el pasado verano a Susana Díaz y que solo optó por Sánchez cuando la presidenta andaluza evitó entrar en la competición de las primarias. En las mismas circunstancias jugaron también a favor de ella, antes de que renunciara a presentarse, los secretarios regionales de Madrid, la Comunidad Valenciana, Aragón, Cantabria, Navarra, La Rioja, Canarias y Castilla-La Mancha, sin olvidar, como es lógico, a la federación andaluza, que finalmente regaló el triunfo a Pedro Sánchez. Solamente tomaron partido claro a favor de Eduardo Madina la federación asturiana y la extremeña. Ahora todos coinciden en que ambas también se pondrían del lado de Díaz, al igual que la catalana, si se desatara una nueva guerra interna.

En espera de la señal de la andaluza

En cuanto Susana [Díaz] haga un chasquido con sus dedos, todos se pondrán de su lado y será el fin de Pedro [Sánchez]. Él lo sabe y cabe esperar que esté a la altura de las circunstancias”, asegura un veterano parlamentario socialista que apoyó a este último en las primarias frente a Madina.

En el PSOE se opina que Bono está monitorizando los movimientos de Susana Díaz

En el Partido Socialista se ha tomado nota de que detrás de la ofensiva de Susana Díaz contra el secretario general del PSOE se encuentran los tentáculos del expresidente del Congreso y exministro José Bono. Quien fuera su brazo derecho en Castilla-La Mancha, Máximo Díaz-Cano, ocupa ahora la secretaría general de Presidencia en Andalucía y se ha convertido en el principal asesor de la lideresa.

Las aspiraciones de Bono a monitorizar a los posibles sucesores de Alfredo Pérez Rubalcaba se constataron en el PSOE desde el principio del proceso, incluso antes de las pasadas elecciones europeas. Siguió personalmente los pasos de Eduardo Madina antes de que iniciara la carrera hacia las primarias, los de Pedro Sánchez y, sobre todo, los de Susana Díaz. Algo parecido hizo José Luis Rodríguez Zapatero, pareja de Bono en el encuentro secreto que ambos mantuvieron con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, antes de Navidades.

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