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España

Rajoy acelera los planes de ajuste ante el riesgo de un otoño electoral en Galicia y País Vasco

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo.

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, se ha vuelto un experto en demoscopia. Consciente de que su mayoría absoluta peligra en las próximas elecciones por la entente cordial entre los socialistas y el Bloque Nacionalista Gallego, su equipo sigue atentamente la evolución de las encuestas y ha llegado a la conclusión de que el escenario más optimista vendría dado por la convocatoria de los comicios en otoño, antes de que se conozca el grueso de los nuevos ajustes que Luis de Guindos y Cristóbal Montoro tendrán que introducir, de forma inexorable, en los Presupuestos para 2013 que el Gobierno remitirá al Congreso en octubre.

Según fuentes solventes del PP, Núñez Feijóo ya ha hablado con Mariano Rajoy de la posibilidad del adelanto electoral y de las ventajas que esta opción tendría para su partido en Galicia. En caso de que los mercados se calmaran, la prima de riesgo descendiera y los acuerdos de mínimos conseguidos en Bruselas aportaran un clima de mayor estabilidad, Núñez Feijóo adelantaría las elecciones autonómicas. En cambio, si la situación económica y política se deteriorara aun más por una lectura negativa de las Bolsas sobre la situación interna española, el margen del presidente gallego para el anticipo electoral se estrecharía de forma considerable.

Mariano Rajoy, que contaba en un principio con unos tiempos políticos que descartaban convocatorias electorales durante este año, se ha encontrado no solo con  la posibilidad de comicios anticipados en Galicia, sino también en el País Vasco. El lendakari Patxi López ha marcado el mes de octubre en su agenda como el más propicio para convocar a las urnas, en un intento de frenar su deterioro y también la creciente mejora de la izquierda abertzale en las encuestas.

El Gobierno se prepara para recomponer un guión global para su política económica

La presión de Bruselas y las hipótesis de elecciones anticipadas en el otoño en dos comunidades autónomas, han llevado al Gobierno a acelerar la formulación de las reformas pendientes, de ahí su intención de recuperar este mismo mes un guión global de política económica parecido al que incorporó a su programa electoral.

La preocupación en el Gabinete es patente, no solo por la difícil situación económica, sino también por la forma en que se gestionó la campaña andaluza, la pérdida de Asturias y la posibilidad de quedarse también en minoría en Extremadura.

En este contexto se sitúa también el eventual adelanto electoral en Galicia, sin esperar a agotar la legislatura autonómica en marzo. Son constatables las prisas que hay dentro del PP por romper la dinámica que los socialistas intentan consolidar a partir de su permanencia en el Gobierno andaluz, así como la sensación de que Galicia va a ser el próximo y más importante examen político para Rajoy, del que va a depender el inicio o no de un nuevo ciclo para su partido.

En los análisis de Feijóo pesa, por último, la situación del PSOE gallego, donde todavía no hay un cartel electoral definido debido a la pugna que mantiene el actual secretario general, Patxi Vázquez con sus dos principales competidores, los ex ministros José Blanco y Francisco Caamaño.

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