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España

El PSOE aprovecha la crisis de Podemos y amplía su caladero a una masa crítica de 12 millones de votos

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en el Congreso.

Las elecciones municipales del próximo domingo 24 serán para el PSOE un termómetro bastante fiel para medir la temperatura del electorado de centro izquierda. En la dirección del partido se opina que todavía hay tiempo hasta las legislativas previstas en noviembre para ampliar el caladero de votos y rescatar a aquellos ciudadanos desencantados que miran con simpatía a Podemos, siempre que se aproveche la crisis en la que anda sumida la organización de Pablo Iglesias y se dirija el discurso a aquellos que todavía padecen los efectos de la crisis.

El discurso del PSOE sobre la coyuntura económica no admite ninguna mejoría

La intervención que tuvo ayer en el Congreso el portavoz de Economía del Grupo Socialista, Juan Moscoso, apunta en esta dirección. Su negra visión de la coyuntura, pese a la bonanza de la mayoría de los indicadores, se resume en estas consideraciones subjetivas: “a finales de este año, habrá 800.000 contratos indefinidos menos que los que hubo en 2011 y 250.000 contratados más a tiempo parcial. Además, uno de cada tres ocupados cobrará el salario mínimo interprofesional y más de la mitad de los trabajadores no llegará a un sueldo medio de 1.000 euros mensuales. En la actualidad, uno de cada cuatro empleos nuevos dura menos de siete días, el 40% de los trabajos se contrata por horas y sube el paro de larga duración. Los niveles de vida no mejoran, el riesgo de pobreza y de exclusión social aumenta y también la desigualdad, pues el Estado de bienestar sigue menguando. Todavía queda pendiente un ajuste de 30.000 millones de euros, que implicará una reducción de la sanidad desde el 6% del PIB hasta el 5,3% en 2018 y de la educación desde el 4% hasta el 3,7%”.

Un caladero de hasta 12 millones de votantes

Los expertos del PSOE en demoscopia están convencidos de que si Pedro Sánchez, aún pendiente de consolidación, no comete errores, puede acabar penetrando como un cohete entre el sector de población que sufre condiciones de exclusión social, se encuentra en paro o padece circunstancias laborales precarias, es decir entre los jóvenes, inmigrantes y antiguos miembros de la clase media a los que la crisis ha golpeado con tal dureza que han entrado a formar parte de una masa crítica de potenciales votantes que puede alcanzar entre 10 y 12 millones de personas y resultar decisiva en las próximas elecciones generales.

Fuentes socialistas reconocen que esta cifra se plantea como un techo máximo, a todas luces improbable de alcanzar a la vista de la alta fragmentación que se espera en el futuro Parlamento nacional debido a la irrupción de Ciudadanos y de Podemos. Pese a ello, el PSOE ha comenzado a recalcular sus posibilidades electorales con la seguridad de que la organización de Pablo Iglesias está en peores condiciones que hace unos meses para disputarle la hegemonía de la izquierda, una pugna que se verá con mayor nitidez cuando dentro de dos semanas largas se analice, por ejemplo, el mapa electoral resultante en la comunidad de Madrid.

Los socialistas no ven ahora a Podemos como partido hegemónico de la izquierda

Los socialistas también consideran vital dirigir sus mensajes a los pensionistas, colectivo en el que los principales partidos, sobre todo, se juegan más de nueve millones de votos y en el que Podemos todavía no ha conseguido implantarse con éxito. En contra del PSOE pesa la congelación de las pensiones decidida por el último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y a favor algunos números: a finales de 2011, la Seguridad Social tenía casi 17,3 millones de afiliados y el Fondo de Reserva contaba con 66.815 millones, frente a los casi 42.000 millones que acumula en la actualidad.

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