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España

El PSC agrava su sangría electoral en Cataluña después de condenar a su ala soberanista

Hace tres meses, el primer secretario del PSC, Pere Navarro, prefirió romper a su partido antes que divorciarle del PSOE y acabar con un hermanamiento que ya dura 36 años. Pero la jugada empieza a ser vista con enorme escepticismo en su partido porque las encuestas constatan que no ha sido capaz de taponar la sangría electoral que viene sufriendo desde hace años, reflejada en las pasadas elecciones autonómicas con la pérdida de  ocho escaños y cuatro puntos de apoyo. Las últimas encuestas que se manejan en los cuarteles generales de las principales formaciones catalanas conceden ahora al PSC 16 escaños como máximo, frente a los 28 de 2010 y a los 20 que consiguió en 2012. Este escenario convierte por primera vez a Ciudadanos y a su líder, Albert Rivera, en tercera fuerza política de Cataluña desde el inicio de su andadura en 2005.

Las últimas encuestas fiables colocan a los socialistas catalanes con 16 escaños, diez menos de los que tenían hace cuatro años

En la dirección del PSOE se culpa de esta hemorragia electoral a las dificultades que está encontrando el PSC para disciplinar a todos los cuadros del partido que trabajan en los ayuntamientos, pues muchos concejales están avalando por su cuenta mociones a favor de la independencia promovidas, en la mayoría de los casos, por CiU y ERC. Desde que el PSC se desenganchó el pasado noviembre del llamado derecho a decidir, esta situación se ha vivido ya en decenas de municipios, algunos de ellos grandes, como los de Lérida o Badalona y otros más pequeños como los de Igualada, Valls o Bisbal del Penedés. En algunos casos, como en Tarragona, el PSC se ha decantado a favor de la celebración del referéndum, pero siempre que se convoque por cauces legales. ¿Ha sido un buen negocio marginar al ala soberanista?, se preguntan algunos dirigentes del partido en Cataluña.

Concejales del PSC están votando en numerosos ayuntamientos catalanes mociones a favor del derecho a decidir

Este doble juego del socialismo catalán, que orilla a su ala independentista al mismo tiempo que incluye el derecho a decidir en su oferta electoral para Europa, es lo que, en opinión del PSOE, está prolongando en el tiempo su ambigüedad sobre el proyecto independentista abierto por Artur Mas y Oriol Junqueras y, en última instancia, lo que sigue desviando votos hacia CiU, el PP y también a Ciudadanos.

En contraste con lo que está sucediendo ahora, en las filas socialistas se recuerdan las campañas que Felipe González le ayudó a ganar al PSC cuando este partido era capaz de aglutinar las distintas sensibilidades que le convirtieron en la fuerza política mayoritaria cuando se celebraban en Cataluña elecciones generales, europeas y municipales. El expresidente de la Generalitat Pascual Maragall marcó un antes y un después en 2003 con la firma del pacto del Tinell que, posteriormente, vincularía al PSC con ERC e Iniciativa en el Gobierno tripartito presidido por José Montilla.

En las filas socialistas se recuerda que Felipe González ayudó en su día al PSC a ganar numerosas elecciones en Cataluña

La crisis por la que atraviesa el PSC es responsable, en parte, de que no haya podido formarse un frente antisoberanista en el que participen también el PP y Ciudadanos, la única alternativa viable para compensar el empuje de CiU, ERC, IC y la CUP. Albert Rivera le escribió a finales del año pasado una carta a Alfredo Pérez Rubalcaba en la que le esbozaba esta iniciativa, pero el secretario general del PSOE ni siquiera la respondió.

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