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España

El PP hereda una ETA perforada en toda su estructura por las fuerzas de seguridad

El Gobierno que tomará posesión en vísperas de Nochebuena va a disponer de una foto fija sobre la lucha antiterrorista que invita a la esperanza. Los actuales responsables de Interior están convencidos de que ETA no volverá a atentar, pero avisan de que hay medio centenar de activistas repartidos entre el País Vasco y el suelo francés sobre los que no solo no se ha levantado la vigilancia sino que se ha reforzado para comprobar hasta qué punto sus movimientos son coherentes con el anuncio de cese definitivo de la violencia. La estructura de la organización terrorista, detalla el informe, está totalmente perforada por los servicios policiales.

La mayoría de estos datos ya son conocidos por el ex ministro Federico Trillo, contacto habitual del PP con Interior, así como por el líder de este partido, Mariano Rajoy, quien ha mantenido en los últimos meses una interlocución directa con Zapatero sobre la lucha antiterrorista. El Gobierno en funciones deja claro que falta por encauzar el final del proceso dialogado con la banda hasta su desaparición definitiva.

Las fuerzas de seguridad conceden una gran importancia a la operación desarrollada el año pasado contra los abogados de ETA ya que hasta su detención entorpecieron el divorcio entre los presos y la dirección de la banda, donde se integraron por etapas algunos de sus elementos más sanguinarios.

En el documento se realiza un balance muy positivo de la colaboración con Francia antes y después de que la banda anunciara en octubre el cese definitivo de la violencia. A pesar de este anuncio, la presión policial sobre la banda se mantiene y las autoridades del país vecino siguen dando a la policía española todo tipo de facilidades para moverse en suelo galo, intervenir teléfonos, camuflar vehículos y hacer labores de vigilancia.

En el mismo informe donde se hace balance de la lucha antiterrorista y se apuntan los desafíos de corto y medio plazo se alerta de que el peligro real ya no procede de ETA, sino de Al-Kaeda, con especial preocupación sobre las células paquistaníes que se mueven en Cataluña, las más operativas y las que podrían intentar atentados en el futuro. En el documento se mencionan también las dificultades existentes para el control de las mezquitas que hay repartidas por la geografía nacional, alrededor de 1.500, algunas de las cuales pueden servir de cantera para el terrorismo islamista.

En este frente, los responsables de Interior consideran prioritaria la continuidad de la colaboración con Marruecos, cuyas autoridades policiales mantienen una relación excelente con las españolas en la prevención de posibles atentados.

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