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España

La Monarquía pierde apoyo popular desde hace dos décadas

La opinión sobre la Corona

Aunque las cacerías y los escándalos de corrupción han llevado las cosas a peor, la pérdida de popularidad de la Corona es una tendencia que se sostiene desde hace décadas. En concreto, desde 1994 comenzó una caída de valoración de la Monarquía por parte de los ciudadanos que podría haber tocado fondo en el último año pero que deja la nota que los ciudadanos ponen al Rey en un 3,72, según los datos del último barómetro del CIS.

La caída de popularidad fue tal que el Centro de Investigaciones Sociológicas dejó de preguntar por la imagen del Rey durante largos plazos. Así, no se planteó

 

La Casa Real admite que en la actualidad encarga sondeos propios para evaluar la imagen del Rey y afirma, sin mostrarlos, que esos sondeos muestran un aumento de la popularidad del Monarca.

 

La opinión sobre la Corona coloca a la institución a la altura del Defensor del Pueblo con el que prácticamente comparte nota y ligeramente por encima de la Iglesia pero a considerable distancia de instituciones como la Guardia Civil o la Policía que duplican en valoración a la Monarquía, según el último sondeo del CIS publicado el pasado mes de abril.

Perspectiva de futuro

La perspectiva de futuro no es más halagüeña para la Monarquía. Según los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas, casi el 60% de la población admite que no votó la Constitución. Esa distancia con respecto a la institución se acrecentará a medida que las generaciones más jóvenes maduren por lo que el desafecto con la Corona podría crecer salvo que el próximo rey Felipe consiga legitimar de nuevo su posición.

Igualmente, el fraccionamiento político en el Congreso amenaza con romper la unidad en torno a la figura del Rey. En la actualidad, PP, PSOE, CiU y PNV suman 316 diputados, es decir, el 90% de la Cámara. Su pacto permite aprobar leyes como la de abdicación de manera prácticamente automática. El crecimiento de Izquierda Unida, la entrada con más fuerza de formaciones como Podemos y el auge de grupos nacionalistas más a la izquierda pueden cuestionar esa hegemonía hacia la institución.

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