Publicado: 02/08/2012 04:00
“Renfe es una gran compañía, pero necesita ganar eficiencia para garantizar su viabilidad”. La ministra de Fomento, Ana Pastor, pronunció esta frase a principios de junio en un desayuno plagado de periodistas, más de un mes antes de que el Gobierno anunciase, el pasado 20 de julio, el primer paso para liberalizar la compañía. Hoy, dos meses después de aquel desayuno, la confusión que atenaza al equipo de Rajoy se ha instalado plácidamente en el operador único ferroviario. Renfe no hace gala de eficiencia: más bien de todo lo contrario.
Ayer se presentaron los últimos resultados netos de la sociedad pública en 2011 tras una auditoría realizada por recomendación de la Intervención General del Estado (IGAE). Y el balance es desastroso: oficialmente, Renfe pasa de perder 100 millones de euros a 335 millones, más del triple. Pero la cosa no acaba ahí: según ha sabido este medio, desde el 8 de junio, se trata de la cuarta cifra de pérdidas entregada al Consejo de Administración. Un caos mayúsculo que parece desbordar al departamento de Pastor y a la dirección de Renfe, encabezada por su presidente, Julio Gómez-Pomar.
La historia es la siguiente. Primero, el pasado 8 de junio el Consejo se reúne para estudiar fórmulas de ahorro. En aquel encuentro, en el que se valora reducir las prestaciones de los altos cargos, la dirección de Renfe Operadora avanza pérdidas de hasta 130,2 millones de euros.
La ministra informó en julio de datos de… marzo
Pero inexplicablemente, el viernes 20 de julio, casi mes y medio después, tiene lugar el Consejo de Ministros en el que Pastor, ataviada de un powerpoint, informa de la liberalización de la empresa estatal para julio de 2013, dentro de un año. Durante la comparecencia, el tercer punto de la proyección, titulado “Situación actual de Renfe”, recoge el resultado neto: pérdidas de ¡100,4 millones de euros! Treinta millones menos que los datos presentados el 8 de junio. Para más inri, los 100 millones proceden de un anexo de los Presupuestos Generales aprobados en… marzo. Hace tiempo que se sabe que las previsiones arrojadas por los PGE para Renfe son completamente inservibles.
El penúltimo capítulo se produce el pasado lunes 30 de julio, esto es, dos días antes de publicarse la labor de la auditoría. La dirección de Renfe vuelve a reunir al Consejo de Administración, al que vuelve a plantear nuevas medidas de ahorro, esta vez centradas en la reducción de los salarios de toda la plantilla ferroviaria. De paso, la cúpula da una nueva cifra, más acorde con la notificada ayer: pérdidas de 295,8 millones en 2011.
Ya no hay duda. Fomento vive en el caos y el caos en Fomento. Un alto cargo de Renfe resumía ayer la situación desde el anonimato: “O a Ana Pastor la engañan o nos engaña. Y no sé qué es peor”.
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