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España

Defensa destituyó al general Pontijas para evitar que el conflicto catalán incendiase las Fuerzas Armadas

Pontijas es general en la reserva, pero ocupa puesto orgánico y está sujeto al Código disciplinario militar, circunstancia que ha facilitado su destitución por parte del ministro de Defensa, Pedro Morenés. Su pecado recuerda al que cometieron algunos altos mandos del Ejército durante la Transición, cuando solían aprovechar la Pascua Militar para leer la cartilla a los gobiernos de turno, generando no pocas tensiones. En esta ocasión, el desliz se perpetró en el editorial de Ejército, la revista a través de la que se expresa la opinión oficial del Estado Mayor del Ejército de Tierra. En su número de noviembre, alerta del riesgo de que la deriva soberanista en Cataluña rompa “la unidad nacional”.

El Gobierno ha querido impedir que el fuego todavía activo en Cataluña se propague en las Fuerzas Armadas en forma de barra libre

Fuentes gubernamentales confirman que con este cese, Defensa ha querido evitar que se abra una especie de barra libre entre los altos mandos del Ejército a la hora de opinar sobre asuntos tan sensibles como los que afectan ahora a Cataluña y también al País Vasco. En otras palabras, se ha querido impedir que el incendio todavía activo en Cataluña por obra y gracia de Artur Mas se propague en las Fuerzas Armadas. Para ello se ha tomado una medida drástica, el cese del general Pontijas, paso que, en buena lógica, ha tenido que contar con la aquiescencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y ha obtenido también el abrigo del PSOE.

Entre los actuales responsables de Defensa se respiraba hasta hace poco tranquilidad porque no se había detectado especial desasosiego en ninguno de los tres Ejércitos sobre la situación en Cataluña. La opinión generalizada tanto entre los altos cargos políticos del Ministerio como en los altos mandos del Ejército descansaba  en las altas posibilidades que veían de que tras las elecciones autonómicas, el souflé independentista se desinflara por sí solo. En el Gobierno se tenía la impresión de que el conflicto catalán no iba a generar ruido en el estamento militar y de que ningún alto mando, ni siquiera en la reserva, entraría al trapo. Pero no ha sido así.

La procesión va por dentro como lo demuestra que en el editorial de noviembre de la revista mencionada, ya retirado de la circulación, se denuncie que la “descortesía de la presidencia de la Generalidad” de mezclar la pasada Fiesta Nacional del 12 de octubre con la reivindicación independentista, iba a repercutir en una “disminución de la credibilidad de nuestra nación” con el riesgo consiguiente de “agravar la crisis, perjudicar la estabilidad política” y provocar “una mayor penalización de los mercados”.

El general Pontijas advierte en su editorial, retirado de la circulación, del riesgo que la actual deriva soberanista en Cataluña entraña para la "unidad nacional"

El desahogo del general Pontijas hace ver también que las discrepancias entre diferentes autonomías con los objetivos de déficit marcados desde el Gobierno pueden empeorar “en gran medida la cohesión nacional”, circunstancia a la que se suma la disminución “sistemática” de los gastos de Defensa y el peligro de que aumenten las dificultades “para hacer frente a los compromisos tanto nacionales como internacionales”.

Malestar militar con la fuga emprendida por los actuales responsables de la Generalitat hacia la independencia y también por los fuertes recortes presupuestarios asumidos con resignación por el ministro Pedro Morenés. Un cóctel envenenado, ciertamente explosivo, que Defensa no ha querido dejar sin respuesta, no sea que la situación se inflame y el incendio se propague.

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