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España

La guerra entre Génova y Aznar barre de los medios a Cañete y Botella

José María Aznar borró este lunes de los espacios de relevancia informativa a su buen amigo Miguel Arias Cañete. El candidato del PP a las europeas presentaba oficialmente el programa electoral en Barcelona, junto a la ministra Fátima Báñez y a dirigentes regionales de su formación. Pero Aznar se erigió en el protagonista del día. Eclipsó también la designación de la nueva titular del minisiterio de Agricultura, Isabel García Tejerina, mano derecha de Cañete. Y desplazó incluso a su propia esposa, Ana Botella, protagonista de un Foro ABC.

Nada más apearse del vehículo, Aznar soltó ante las cámaras, al ser preguntado sobre su exclusión de los mítines del PP, que "no he recibido ninguna noticia del PP y a estas alturas no puedo cambiar las cosas". Luego, eso sí, tuvo palabras cariñosas y de elogio hacia su gran amigo Cañete, a quien acababa de darle el día, al sucumbirle en el ostracismo mediático en tan señalada jornada.

La versión de Génova

La semana pasada la agencia Servimedia informaba que Aznar, presidente de honor del PP, no participaría en la campaña a las europeas porque su partido no contaba con él. La información citaba como fuente a Faes, la Fundación de ideas que preside el propio Aznar. No hubo comentarios ni confirmaciones a ese respecto ni por parte del expresidente ni por parte de Génova. La noticia cuajó sin que se escuchara palabra, mentís o matización alguna de sus protagonistas.

Pero ayer se escuchó finalmente la voz más esperada, la de Aznar, quien declaró que "a estas alturas no he tenido noticia del PP" y añadió, ya en privado, aquello de que sólo va donde le invitan. Sin embargo su versión no es la que trasciende desde Génova donde en la tarde de este lunes se hacía saber que la agenda de los mítines de Rajoy y Cañete no se cerró hasta mediados de la semana pasada y que incluso la de Dolores Cospedal, secretaria general del PP, se concluyó este último jueves. A continuación se cerrarían los compromisos con ministros, líderes territoriales y, por supuesto, con Aznar. Es decir, algo bien distinto a lo expresado desde el entorno del expresidente supuestamente ofendido.

Calendario apretado

Para entonces, desde Faes ya se había hecho circular la teoría de la exclusión. Aznar, por lo que se ha sabido ahora, tiene cerrados compromisos fuera de España durante la mayor parte de las fechas de la campaña por lo que habría necesitado conocer con mucho más tiempo los días que les reservaba el PP para sus mítines.

Este es el resumen del desencuentro. Con algún detalle añadido como que el PP, en efecto, contaba con Aznar para su campaña, tal y como publicó Vozpópuli y así se lo hizo saber a su equipo hace más de dos meses, sin concretar fechas. Un malentendido más entre el expresidente y su partido que tiene su origen en el plantón del Gobierno a la presentación de 'El compromiso con el poder', el último libro del expresidente, el pasado 7 de noviembre. "Hace tiempo que no echo de menos a nadie. Ni pido a nadie que vaya a los sitios, ni paso lista para ver quién va o no. Cada uno sabe lo que tiene que hacer", declaró Aznar, sumamente ofendido, al comentar este episodio, auténtico bofetón de Moncloa a quien fuera el mentor, tutor, padrino y designador de Rajoy.

La gélida respuesta

Aznar la tenía guardada en la nevera para servirla bien fría. La gélida respuesta. Y se la devolvió a primeros de este mes de febrero, cuando anunció que no asistía a la convención nacional del PP tan sólo unos días antes de que se inaugurara la importante cita de Valladolid. La distancia entre Aznar y su sucesor, algo perfectamente conocido por todos, aparecía ya formalmente ostensible, sin matices ni disimulos. Lo sabido emergía a la luz pública. Aznar evidenciaba su rencor y Rajoy no movía una ceja, como en él es habitual.

Lo ocurrido ahora con las europeas es un signo más de estas desavenencias entre los dos líderes del PP. A lo largo de estos años, Aznar ha podido comprobar cómo su gente era apartada poco a poco del partido. Acebes, Zaplana, María San Gil, Carlos Aragonés, Cayetana Álvarez de Toledo, Astarloa... Hace unas semanas le tocaba el turno a Mayor Oreja quien fue descartado como cabeza de lista a los comicios europeos después de largos meses de confiada espera.

Militancia decepcionada

El que le llegara o no tarde la invitación del PP para asistir a los mítines de la campaña es quizás anecdótico. Génova expande ahora una versión que choca frontalmente con la de Aznar. Lo relevante es que tanto Cañete como González Pons y el propio Rajoy han reconocido que precisan movilizar a su electorado para no toparse con un sobresalto a la hora del escrutinio.

Precisamente el expresidente activa a un considerable sector del partido que ahora se muestra desencantado o, abiertamente contrariado con determinadas líneas de acción del Gobierno, en especial en asuntos sensibles como son las víctimas del terrorismo y las cesiones ante ETA y su entorno.
Esperanza Aguirre, en su condición de presidenta del PP de Madrid, se ofreció a organizar un mitin a la medida de Aznar y Cañete. Quizá también llegue tarde, como Génova, porque el expresidente tiene ya su agenda cerrada desde hace varias semanas.

El primer damnificado de estas tensiones fue el candidato Cañete, que se quedó sin apenas altavoces mediáticos en su presentación formal del programa en Cataluña, territorio clave para conseguir unos resultados razonables. También sufrió el silencio de los medios la nueva titular del ministerio de Agricultura, Isabel García Tejerina, a quien apenas se le dedicó una mínima atención. El PSOE ha reclutado incluso a Rodríguez Zapatero, quien seguramente haya sido el presidente más desastroso de nuestra democracia. Pero el PP no va a poder contar con Aznar, quien sigue siendo un activo importante para muchos de sus militantes y simpatizantes.

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