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España

Aznar entierra sus reproches contra Rajoy en vísperas de la conferencia del PP

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy (i), junto al presidente de honor del PP y presidente de FAES, José María Aznar

Aznar había hecho las paces con Rajoy en la cena homenaje de los huevos estrellados de Lucio. En presencia del rey Juan Carlos, ambos dirigentes del PP mantuvieron una actitud cordial, alejada de todo tipo de tiranteces. Unos días antes, el expresidente del partido había declarado a Abc que "no hay votos cautivos, ni siquiera el mío", y alineó una serie de medidas que debía adoptar el PP si no quiere sucumbir de nuevo en otra contienda electoral.

Pero ha sido en su territorio, en el campus de Faes, donde Aznar ha querido mostrar abierta y públicamente su respaldo, al menos aparente, al presidente del partido, en vísperas de una cita muy importante para el PP. Este fin de semana próximo celebra su conferencia política, de la que habrán de salir las líneas maestras del programa electoral. Un encuentro clave que el equipo de Jorge Moragas, con el respaldo de Martínez-Maíllo, lleva preparando en los últimos días. Acudir a esta reunión con las palabras iracundas e Aznar flotando en el ambiente no era dramático, pero sí, incómodo.

"Muchos éxitos"

"Nos esperan desafíos muy importantes, que van a exigir lo mejor de nuestras capacidades", le dijo Aznar a Rajoy. "Te deseo muchos éxitos y quiero que los tengas". Otra reconciliación más entre ambos dirigentes, una liturgia que se repite con relativa frecuencia en los últimos años. El expresidente le dedicó luego una andana al 'populismo secesionista', uno de los ejes principales sobre los que ha girado este curso del campus estival de Faes.

"Te deseo muchos éxitos y quiero que los tengas", le ha dicho Aznar a Rajoy

Rajoy, en su línea, ni se dio por ofendido hace unos días, cuando estalló la tormenta, ni efectuó gesto ostensible de reconciliación más que el de aparecer junto a su anfitrión con rostro sonriente y el del tradicional apretón de manos ante los fotógrafos. Sabe el presidente del PP que buena parte de la irritación de Aznar tiene que ver con lo que considera trato injusto que el PP dedicó a su esposa en sus tiempos como alcaldesa. Y sabe también que Aznar, hoy por hoy, no piensa interferir abiertamente en la buena marcha del partido.

No entró en polémica alguna, pero Rajoy quiso dejar muy claro que "somos un partido nacional, unido, cohesionado y que sabe lo que tiene que hacer". Aznar había asegurado, en sus declaraciones periodísticas, que el PP debía acometer una rectificación "enérgica, creíble y suficiente". Las encuestas que han aparecido en los últimos días reflejan un empate técnico entre el PP y el PSOE, algo que inquieta a los dirigentes de Génova, que quieren dar un vuelco a esta situación cuanto antes.

Superado el trance, que en su momento había despertado cierto interés entre un sector de la militancia del partido, en particular, ese que ha decidido abandonar al PP en las últimas elecciones, Rajoy centró su intervención en su actual obsesión: el PSOE como palafrenero de Podemos. Va a ser esta una de las líneas argumentales de la campaña electoral. No la principal, ni la única, porque desde Génova se prepara a conciencia una serie de iniciativas de orden económico y social, cuya primera muestra fue la bajada de un pellizco del IRPF.

"Todo es posible", ha respondido Rajoy sobre la fecha de las próximas generales

Contundente y sin eufemismos, el presidente se dirigió al PSOE con dos frases de impacto mediático. "Títere de los radicales" y "portamaletas de los separatismos", dijo del partido de Pedro Sánchez. Podemos no gobernaría ningún ayuntamiento de no ser por los socialistas, insiste Rajoy. Y lo repiten los dirigentes del PP por toda España. Las principales capitales de España están en manos de agrupaciones que ejercen de marca blanca de Podemos. Los saltitos de Antonio Carmona, jefe de filas del socialismo municipal madrileño, en la descomunal manifestación del orgullo gay celebrada este fin de semana, correteando por el escenario detrás de Pablo Iglesias, eran la fiel estampa de esta realidad. Pedro Sánchez cree que llegará a la Moncloa con el respaldo de Podemos, algo que dudan muchos dirigentes de la vieja guardia del PSOE, con Felipe González a la cabeza, nada amigo de la formación populista por sus simpatías bolivarianas.

La precampaña ya prácticamente se ha abierto. La fecha de la contienda electoral de las generales dependerá del tránsito parlamentario de los presupuestos, que Rajoy no sólo quiere tramitarlos, sino aprobarlos. La fecha del 13 de diciembre cobra cuerpo. El propio presidente no lo desmintió este domingo al ser inquirido por los periodistas. "Todo es posible", aseguró en su habitual línea de calculada ambigüedad.

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