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España

Conmoción en el PP, que se enfrenta a la incógnita sobre el futuro gobierno de la Comunidad sin Aguirre

Conmoción y desconcierto son las dos palabras que mejor definen la reacción de la sede nacional del PP en la calle Génova cuando conocieron la dimisión de Esperanza Aguirre. Apenas se habían apagado los rescoldos de su última intervención en el comité ejecutivo nacional cuestionando la política de Interior respecto a la concesión del tercer grado al etarra Bolinaga, --y el malestar consiguiente que provocaron sus palabras entre miembros del Gobierno y de la dirección del partido--, cuando sobrevino la noticia. Génova no conocía las intenciones de Aguirre, de hecho, ayer ni se convocó reunión del comité de dirección porque, entre otras cosas, la secretaria general popular y presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, tenía que acompañar a los Príncipes a inaugurar el curso escolar en la localidad toledana de Fuensalida. Más tarde, ambas tuvieron ocasión de hablar. También lo hizo la presidenta autonómica con su antiguo "adversario": el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardon. Éste admitió de forma muy elegante que "He tenido muchisima intensidad con ella siempre participando en el mismo peoyecto politico" y aprovechó para "desearle lo mejor en su vida y agradecer que siempre estará en esta gran familia que es el PP". Génova convocó rueda de prensa de su “número tres”, Carlos Floriano, a la una de la tarde para analizar la actualidad política y hubo de volver a salir poco después de conocer el anuncio de Aguirre.  La dirección nacional del partido destacó de ella que era un día “triste” para el PP porque se iba un “referente” de las siglas populares. En términos parecidos lo hizo a última hora de la tarde la propia Cospedal. A su juicio, Esperanza Aguirre es una persona que "lo ha dado todo al servicio de los ciudadanos y entregado una parte muy importante de su vida" y ha tenido que seguir con un oficio político y una vida pública con la que se había comprometido incluso "en momentos complicados". Destacó que "sigue en el Partido Popular y es una militante cualificada e importantísima", informa Europa Press. Al margen de las diferencias y conflictos que ha habido a lo largo de estos años, la dirección nacional da por buenas las explicaciones de Aguirre, no alberga dudas sobre sus motivos personales, muy relacionados con su salud. La presidenta de la Comunidad de Madrid comentó ayer mismo a sus colaboradores, según captaron las cámaras de Telecinco, “estoy enferma” para reforzar una salida que conocían con antelación apenas tres personas, una de ellas su “delfín”, Ignacio González. Salió muy bien de la intervención quirúrgica a la que se sometió, pero debe hacerse revisiones y medicarse y su ritmo de trabajo resulta incompatible.

Donde Génova no es tan contemporizadora es a la hora de aceptar la sucesión en la figura de González. No se discute que vaya a convertirse en el presidente de la Comunidad dada su condición actual de vicepresidente, pero otra cosa es que sea formalmente designado líder de los populares madrileños y candidato a las próximas elecciones autonómicas. Muchos en el PP vinculan su futuro político al de Aguirre, independientemente de que la propia Cospedal "le rehabilitó en el último congreso nacional del partido", recuerdan fuentes populares, haciéndole hueco en la ejecutiva nacional. Génova tiene otras opciones como la consejera de Educación de la Comunidad, Lucía Figar, o la actual delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, a la que se considera un valor emergente. Figar podría tener en contra que está casada con el que fuera durante muchos años director de gabinete de José María Aznar, Carlos Aragonés, encuadrado en el sector crítico.

Aguirre ha pagado la "lealtad" de Ignacio González, al que consideran víctima de una campaña de descalificaciones por ser el sucesor

A pesar de que sí se daba como imposible que Aguirre volviera a ser candidata, su extemporánea marcha abre en canal además el temor de los populares sobre el futuro del Gobierno de la Comunidad. Bien es cierto que el candidato socialista, Tomás Gómez, parece estar a años luz del PP y el hecho de que no haya pedido con carácter inmediato elecciones anticipadas es un buen termómetro de que no las tiene todas consigo, aunque se le abren al PSOE dos pequeñas esperanzas: un ayuntamiento sin Alberto Ruiz-Gallardón enfrente y una comunidad sin Aguirre de adversaria.

Para el entorno de la todavía presidenta de la Comunidad de Madrid, la designación de González es una muestra de que "la lealtad se paga". Atribuyen los ataques que ha venido recibiendo éste, "todos los palos que se ha llevado", al hecho de que se le visualizara como el sucesor favorito de Aguirre. Además, tras salirle mal la operación de Bankia, donde querría haber parado siendo desbancado por Rodrigo Rato --cosa de la que hoy se felicita-- sus opciones son la Comunidad o el Canal de Isabel II. Pero los acontecimientos han sido tan intempestivos que Génova no maneja ningún calendario para celebrar congreso regional, entre otras cosas porque el último tuvo lugar hace apenas cinco meses, en abril pasado.

Moncloa emitió ayer un comunicado en el que el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, expresa su reconocimiento a Aguirre "por su enorme trayectoria política", califica de "extraordinaria" la labor desarrollada a lo largo de estos años, "que quedará para siempre entre los grandes activos del Partido Popular"; y dice comprender y valorar las "razones de carácter personal" que adujo. Asimismo, señala que la presidenta anunció "su intención de colaborar con el PP", de hecho, el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, cuenta con su presencia en Bilbao el 15 de octubre en plena campaña de las autonómicas del día 21 de ese mismo mes.

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