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España

Cospedal impuso la amonestación a Fabra y la petición de disculpas para acabar con la polémica

De la justificación y el cierre de filas a la amonestación y la exigencia de una carta pidiendo disculpas. El "affaire" Andrea Fabra con aquel extemporáneo "que se jodan" lanzado desde su escaño del pasado miércoles comenzó a dar un giro este lunes durante la reunión del comité de dirección del PP, presidido por la secretaria general popular, María Dolores de Cospedal. Aún lamentando que la diputada por Castellón "paga por todos" esos parlamentarios que "animan" los debates con gritos y exabruptos, la "número dos" del PP era consciente del desgaste de imagen que esta cuestión les podía acarrear. 

Por eso forzó un cambio de criterio que pasase por la asunción de que la diputada no había obrado bien sin necesidad de tener que llegar a otro tipo de medidas más fuertes como las que reclamaba el Grupo Socialista, --víctima de la salida de tono de la diputada-- para que renunciara al acta o, en su defecto, que la Cámara la suspendiera por el plazo de un mes. Así, Cospedal salió en rueda de prensa el mismo lunes marcando distancias con la castellonense de la que dijo que sus palabras eran "censurables" y un mal ejemplo para la ciudadanía, en lo que constituyó el primer aldabonazo contra ella. 

No sería el único. Ayer,tras la reunión de la Junta de Portavoces, el portavoz popular, Alfonso Alonso, anunció que se le había hecho llegar un apercibimiento y una amonestación escrita por entender que estas actuaciones son "completamente impropias" y afectan al "decoro y dignidad" de la Cámara. Nada que ver con la respuesta por escrito que el viernes había dado a su homóloga socialista, Soraya Rodríguez, al defender que "la diputada en cuestión ya ha aclarado suficientemente este lamentable malentendido, mostrando de manera inequívoca su profundo respeto por todas las personas que están o pudieran estar en situación de desempleo". En definitiva, todo se reducía a un intento por "desacreditar a una diputada por lo que no hizo y de paso contaminar la imagen del conjunto de la Cámara".

Pero lejos de cerrarse la cuestión, a sabiendas de que Soraya Rodríguez plantearía este asunto en la reunión de la Junta de Portavoces de ayer y de que estaba dispuesta a sacarlo incluso en la sesión de control parlamentario al Gobierno de hoy, se decidió que Fabra escribiera una carta de disculpa que hiciera llegar en la mañana de ayer personalmente al presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada. En la misma expresaba su "sincera petición de perdón por mi inapropiada expresión proferida durante el pleno del pasado 11 de julio" y asumía que "cometí un error del que no me siento honrada y por el que recurro a la benevolencia de la Cámara rogándole que estime mis disculpas".

Fabra no acudió este lunes a Génova, donde participa en reuniones de estrategia interna, aunque seguirá colaborando con la vicesecretaría de Organización

No habrá otro tipo de medidas contra ella puesto que hasta el PSOE parece haberse dado por satisfecho con esta petición de disculpas. Fabra, pues, seguirá en su escaño y, también como asesora de la vicesecretaría de Organización, al frente de la cual está Carlos Floriano, interlocutor de la diputada a la que hizo llegar las consideraciones que se realizaron durante la reunión del comité de dirección, en la que se sientan además de Cospedal, los tres vicesecretarios generales, (Carlos Floriano, Esteban González Pons y Javier Arenas) y los tres portavoces parlamentarios, esto es, Alfonso Alonso, José María Barreriro y Jaime Mayor Oreja. Fabra asiste a las reuniones que Floriano organiza los lunes por la tarde con la secretaria de Estado para la Comunicación, Carmen martínez Castro, los resposnabvles de prensa del partido, Congreso y Senado, y los secretarios de área. Este lunes no acudió, aunque fuentes populares aseguran que no pudo hacerlo por asuntos personales.

Partidaria siempre de medidas expeditivas, Cospedal no ha querido que con este caso ocurra lo mismo que pasó recientemente con la tan reclamada comparecencia de Rodrigo Rato en el Congreso para dar cuenta de la situación que dejó en Bankia. Las reiteradas negativas del Grupo Popular provocaron que UPyD acudiera a la Audiencia Nacional con una denuncia que ha terminado con el ex vicepresidente del Gobierno imputado junto con el resto de los miembros del anterior consejo de Administración de la entidad bancaria. De hecho, fuentes de su entorno señalan que la secretaria general del PP apoyaba que Rato diera explicaciones en sede parlamentaria frente a miembros del Gobierno reacios a verle sentado siquiera ente la comisión de Economía del congreso.

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