Quantcast

España

Cospedal resucita en Bilbao y saca pecho en Dublín

Para la secretaria general del PP, ha sido una semana de resurrección y gloria en vísperas de Semana Santa. El viernes en Dublín, ante 800 delegados del Partido Popular Europeo, Dolores Cospedal se paseaba, orgullosa y ufana, junto a Mariano Rajoy, con quien no se la veía en público desde antes del congreso extraordinario de Sevilla. El líder y su 'número dos', juntos de nuevo en público, en una cumbre crucial de importantes repercusiones tanto para el PP como para España y Europa.

Los viernes de pico y pala

A esas horas, Sáenz de Santamaría comparecía en rueda de Prensa en Moncloa, escoltada por dos ministros de perfil mustio o abrasado: Pedro Morenés y Ana Mato. La batalla mediática de la jornada se la apuntaba la secretaria general. Cospedal flotando entre la crema de los conservadores de Europa y Sáenz de Santamaría en su rutina administrativa de los viernes de 'pico y pala'.

Le han salido muy bien las cosas a Cospedal después del severo revolcón sufrido en el sur, cuando su candidato a liderar el PP andaluz fue barrido en un 'dedazo' antológico de Rajoy en favor del apadrinado por el entorno de Sáenz de Santamaría. El pulso entre las dos damas del presidente fue para la vicepresidenta. Tanto que incluso algunos vieron en la designación de Moreno Bonilla una derrota casi irrecuperable de la 'jefa' de Génova. De momento no es así.

El triunfo europeo

Durante la cumbre de los 'populares' en Dublín, Cospedal ha recibido muestras de apoyo de los delegados de su partido, veteranos todos ellos y con influencia en las bases, que hasta entonces permanecían ocultos o silentes dado el fragor de la batalla. Ha despachado largamente con Rajoy, ha mantenido encuentros con sus homólogos europeos y su imagen apareció en todos los medios en un desayuno con una de las personalidades del momento, Yulia Timoshenko, la ex primera ministra de Ucrania. No se la vio con el cantante Bono, quien ofició de animador en la cumbre conservadora, pero por allí estaba defendiendo la "marca España".

Después de tres largas semanas de pasión y drama, Cospedal reaparecía en primea línea y en un entorno victorioso. Al cabo, Mariano Rajoy logró atar con Angela Merkel alguno de los más importantes cargos europeos en disputa para después de las elecciones. Rajoy apoyó a Merkel en la candidatura de Junker y logró la vicepresidencia para Arias Cañete en la Comisión. Cambio de cromos y peso específico. Rajoy, feliz y rutilante. Cospedal recuperaba el brillo y el aliento.

La victoria vasca

Desde Dublin, también, la secretaria general teledirigió la crisis del PP vasco, que, esta vez sí, culminó en una solución a su favor. La muy débil y escasamente hábil Arantza Quiroga aguantó la andanada de Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso y miembro del "clan" de la vicepresidenta, y logró finalmente organizar su propio equipo, con la designación de Nerea Llanos como su 'número dos'. Otro revolcón en una disputa regional del partido  habría resultado letal para la imagen de la secretaria general. Esta vez, Cospedal raccionó con rapidez y astucia y bastaron unas llamadas telefónicas desde la capital irlandesa para desbaratar la revuelta y recolocar las piezas en su sitio. El equipo de Sáenz de Santamaría no logró su objetivo.

Tiene ahora la dirigente de Génova apenas dos meses y medio para organizar la campaña electoral, en la que ya se trabaja desde antes de Navidades. El lunes se despejará la incógnita del cabeza de cartel, casi con toda seguridad Arias Cañete, y arrancará la carrera hacia las urnas. La movilización de las organizaciones locales y provinciales está en marcha y el mensaje es optimista: Recuperación. Pasaron los tiempos duros de los ajustes, al menos en el 'marketing político' y toca ahora apostar por la esperanza. Tocan jornadas bonancibles y estimulantes para Cospedal. El calendario le favorece.
Pero habrá más pulsos, más partidos y más refriegas. La batalla es larga. el 'postmarianismo' está en juego y ellas son las principales protagonistas. Tejen y destejen, como las hilanderas velazqueñas, la vieja y eterna batalla entre Aracné y Minerva.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.